British Petroleum (BP) puso ayer en marcha una nueva y arriesgada operación para intentar contener el derrame en el Golfo de México que, según el Gobierno de Bararck Obama y la propia empresa, podría incrementar temporalmente el flujo de crudo del peor desastre ecológico en la historia de los EEUU.
La operación en el día 43 del vertido llega después de que BP admitiera durante el fin de semana el fracaso del procedimiento conocido como "top kill", con el que la multinacional buscaba taponar el pozo mediante una inyección de flujos pesados.
El derrame es "ya el peor desastre medioambiental de su tipo en nuestra historia", dijo ayer Obama, al anunciar que llevará a los tribunales a los responsables del vertido si se demuestra que violaron las leyes vigentes.
El nuevo intento por detener el derrame implicará serrar (cortar con una sierra) con la ayuda de robots submarinos la tubería conectada a la parte superior del sistema de prevención de explosiones (BOP) -ver infografía-, un aparatoso entramado de válvulas que no logró sellar el pozo como debería cuando se produjo el accidente en la plataforma operada por BP el 20 de abril.
A continuación, la multinacional colocará una cúpula sobre el BOP que, de funcionar según lo esperado, recolectaría el carburante y lo trasladaría a un barco en la superficie. Pero el serrado de la tubería podría incrementar temporalmente el derrame de crudo "en hasta un 20%", según las estimaciones de BP.
Carol Browner, asesora en temas energéticos de la Casa Blanca, describió esa posibilidad como "profundamente preocupante". Además, recordó, el inicio de la temporada de huracanes del Atlántico hace que la operación sea más arriesgada.
La mancha de crudo en el Golfo de México ha superado al desastre del Exxon Valdez en las aguas de Alaska en 1989 como el peor derrame de petróleo en EEUU, con la pérdida de entre 12.000 a 19.000 barriles (1,9 a 3 millones de litros) de crudo por día.
La petrolera dio a Luisiana y otros Estados del Golfo un total de 25 millones de dólares para hacer frente a los gastos relacionados con el derrame.
Ayer visitó la zona, por primera vez, el fiscal general de EEUU, Eric Holder, quien departirá con los responsables de los Estados afectados posibles procesos legales contra las empresas responsables del accidente.
Holder se reunió con los fiscales de Luisiana, Alabama y Misisipi.
