El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, inició ayer una visita de dos días al área afectada por el derrame de crudo en el Golfo de México y consideró que los efectos de esa catástrofe incidirán en el punto de vista ambiental como el ataque terrorista al World Trade Center lo hizo respecto a la seguridad del país. Igual "que nuestra visión de nuestra vulnerabilidad y nuestra política exterior se vio profundamente reformada por el 11 de septiembre, desde mi punto de vista esta catástrofe formará nuestra forma de pensar sobre el medio ambiente y la energía por años", manifestó. Obama partió en el día de ayer hacia el área afectada por el derrame, elevando la presión sobre la British Petroleum (BP) -responsable de la plataforma Deepwater Horizon, hundida el 22 de abril-, en su obligación de contener el vertido de crudo a las aguas del Golfo. Se trata del cuarto viaje del presidente a la región, a la que comparó las consecuencias políticas de la peor catástrofe petrolera de la historia estadounidense con los atentados del 11 de septiembre de 2001. El presidente visitó ayer Alabama, Mississippi y Florida, y hoy a las 20 (hora local) hablará sobre este tema a la nación, por primera vez desde el Salón Oval de la Casa Blanca, un día antes de reunirse con los directivos de BP.

En su visita al estado de Mississippi, Obama conversó con varios funcionarios y durante una conferencia de prensa en la ciudad de Gulfport subrayó que se debe hacer más para detener el petróleo antes de que alcance la costa. Al mismo tiempo, BP presentó un nuevo plan para revertir esta complicada situación en el Golfo, -ver aparte-.

Principales empresas petroleras del mundo se distanciaron de BP y los directivos de Exxon, Shell, Chevron y ConocoPhillips se manifestarán de forma crítica hoy en una audiencia en el Parlamento estadounidense, porque alegarán que si se cumplen los "máximos estándares del sector", este tipo de accidentes no ocurrirían. Con ello, quieren conseguir que Estados Unidos y otros países no endurezcan las condiciones para la futura extracción en plataformas offshore. El ministro británico de Energía, Chris Huhne, anunció ayer que el Reino Unido revisará los procedimientos para la extracción de petróleo en aguas profundas, después del vertido de la explotación de la petrolera BP en el golfo de México. Huhne, informó ayer ante el Parlamento de su país que el Reino Unido evalúa medidas más estrictas para las perforaciones petroleras en el Mar del Norte y que ya encargó un rápido análisis de los requisitos existentes. Obama se reunirá mañana miércoles con el presidente del consejo de administración de BP, Carl-Henric Svanberg, y probablemente con el director ejecutivo, Tony Hayward. Hasta el momento, el vertido ha costado a BP 1.600 millones de dólares, según sus propios datos.