El presidente de EEUU, Barack Obama, pidió ayer ayuda a su colega brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para presionar a Irán para que renuncie a un programa nuclear con fines militares, informó la Casa Blanca.
Ambos mandatarios se reunieron ayer por espacio de treinta minutos al margen de la cumbre del Grupo de los 8 (Rusia y los 7 países más industrializados) que se desarrolla en la ciudad italiana de L’Aquila, en un encuentro en el que abordaron la situación en Irán, el golpe de Estado en Honduras, la crisis económica, la energía y el cambio climático.
Según explicó el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, Obama manifestó a Lula que EEUU cuenta con Brasil, que mantiene unas buenas relaciones comerciales con Irán, para ayudar a convencer a la República Islámica de que renuncie a un programa nuclear con fines militares.
Gibbs añadió que Obama indicó a Lula que esas buenas relaciones conceden a Brasil una oportunidad única para reiterar la posición del G8 acerca de Irán.
La pasada noche del miércoles, los países del G8 -EEUU, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Rusia- emitieron una declaración en la que afirman: "reconocemos que Irán tiene derecho a contar con un programa civil nuclear, pero sus actividades nucleares (deben ser) pacíficas".
En su reunión, Obama también expresó a Lula su agradecimiento por la coordinación de Brasil y otros países en el continente para buscar una solución diplomática en Honduras de modo que vuelva al poder el depuesto presidente Manuel Zelaya.
De todos modos, recién transcurrida una semana de la destitución de Zelaya Brasil se pronunció explícitamente sobre este conflicto del país centroamericano.
En cuanto al cambio climático, Brasil y EEUU acordaron mantener la cooperación para buscar un mayor consenso entre los países de cara a la reunión sobre clima de Copenhague el próximo diciembre.
En cuanto a este aspecto, la segunda jornada de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G8 desarrollada ayer en Italia concluyó sin un consenso pleno sobre las medidas a adoptar en cuanto a la reducción de gases contaminantes.
Lula y Obama abordaron también la crisis económica y repasaron los pasos que pueden darse para ayudar a los mercados emergentes, así como la importancia de la regulación financiera.
En la entrevista de los dos mandatarios hubo también lugar para el humor, pues el brasileño regaló al estadounidense una camiseta de la selección de fútbol "canarinha" autografiada por sus jugadores.
Posteriormente, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que Obama bromeó con Lula sobre la final de la Copa de Confederaciones, en la que Brasil se acabó imponiendo por tres goles a dos a EEUU tras remontar un dos-cero.
Estados Unidos "nunca volverá a ceder una ventaja de dos goles", aseguró el presidente estadounidense entre las risas de su colega brasileño, según Gibbs.
Gibbs precisó que la reunión se produjo a iniciativa de Obama, que, desde su llegada a la Casa Blanca, también ha hablado por teléfono con su par brasileño en media docena de ocasiones y ya se había reunido con Lula en la Casa Blanca en marzo.
