El presidente de EE.UU., Barack Obama, quiere limitar las actividades de riesgo de los grandes bancos norteamericanos, así como la propia dimensión de las entidades, informaron ayer los principales diarios estadounidenses.

El objetivo es reducir las posibles pérdidas por inversiones de alto riesgo y evitar que los bancos pongan en peligro la economía nacional por su gran tamaño.

Se apuntaría sobre todo al sector de la banca de inversión, que aportó primero ganancias astronómicas a las entidades con negocios de alto riesgo, para después ser uno de los principales causantes de la crisis financiera.

Las medidas obligarían a los bancos a separar el sector de inversiones del resto de actividades financieras.