Los republicanos conseguían anoche las primeras victorias claves en unas elecciones estadounidenses que podría desplazar a los demócratas del poder en el Congreso y poner freno a la agenda legislativa del presidente Barack Obama. La ansiedad por la débil economía y el descontento con Obama han llevado a los republicanos al borde de enormes avances que podrían darles una mayoría en la Cámara de Representantes y quizás incluso en el Senado.

Los republicanos arrebataron a los demócratas su primer asiento en el Senado en Indiana y retuvieron escaños senatoriales en Ohio y Nueva Hampshire.

Los republicanos por Florida Marco Rubio y por Kentucky Rand Paul se convirtieron en los primeros candidatos del movimiento conservador Tea Party que llegan a la Cámara alta.

Otra candidata de alto perfil del Tea Party, la republicana Christine O’Donnell en Delaware, perdió su carrera.

A las 22 hora argentina, los centros de votación habían cerrado en más de la mitad de los 50 estados, aunque pueden pasar horas antes de que se determinen muchos de los vencedores. Faltaban unas 5 horas para que la votación concluyera en los Estados del Oeste.

Sondeos de opinión, analistas independientes y la CNN, proyectan que los republicanos ganarán al menos 50 escaños adicionales en la Cámara de Representantes, mucho más que los 39 que necesitan para asumir su control y sacar de su cargo a la presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi.

Más de 90 asientos demócratas están en peligro, de acuerdo al no partidista Cook Political Report y decenas de carreras serían demasiado reñidas para proyectar con certeza un ganador.

Los republicanos también está previsto que logren avances en el Senado, aunque parece más difícil -pero no imposible- que obtengan los 10 escaños que requieren para alcanzar la mayoría.

Para esto necesitan triunfar en siete de ocho reñidas carreras en todo el país.

El control republicano de incluso una cámara más en el Congreso daría paso a un mayor estancamiento legislativo, debilitando el poder de Obama en la lucha por extender recortes impositivos que pronto expirarán y la aprobación de iniciativas de ley sobre energía e inmigración.

Los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 37 asientos del Senado y 37 gobernaciones estatales están en juego en la votación de ayer.

Obama llegó al poder hace dos años apoyado por gente que esperaba que pudiese sacar a EEUU de una profunda crisis económica, pero el alto desempleo y el creciente déficit presupuestario han hecho que muchos votantes se vuelvan en su contra.

La molestia entre el público permitió el ascenso del fenómeno político del Tea Party, que apoya un Gobierno más pequeño, menos impuestos y un gasto público reducido.

Cadenas de televisión reportaron que sus sondeos a boca de urna mostraban que los votantes están muy preocupados sobre la economía, con ocho de cada 10 diciendo que esta es una preocupación central, y declarándose descontentos con Obama. Cuatro de cada 10 votantes dijeron que apoyaron al Tea Party.

Obama hablará hoy sobre el resultado electoral.