El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, arribó ayer al Estado de Louisiana para supervisar el combate del desastre ambiental generado en el Golfo de México por el hundimiento de una plataforma de la British Petróleum (BP). Desde Nueva Orleans Obama iba a seguir en helicóptero a Venice, en la desembocadura del río Mississippi, pero un clima ventoso y lluvioso lo obligó a seguir su periplo en auto, por lo que su encuentro con expertos en la zona afectada se retrasó.
En tanto, las autoridades prohibieron la pesca en amplias zonas del Golfo de México que quedaron expuestas al daño ecológico debido al crudo derramado por la plataforma de la petrolera británica.
A medida de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica afectará durante 10 días la pesca comercial y deportiva en el área que se extiende desde el delta del Mississippi, en Louisiana, a Bahía Pensacola, en el estado de Florida.
Científicos acudieron a la zona para determinar la seguridad de los dos tipos de pesca en el área, y la ingesta de pescado de las aguas afectadas.
Funcionarios de estados lindantes con el Golfo expresaron su creciente frustración por el ritmo de respuesta oficial, al tiempo que sigue siendo impredecible el movimiento de las masas de crudo en el mar.
Los Estados de Alabama, Mississippi, Louisiana y Florida, que suman unos 2.333 kilómetros de costas, están enfrentando la situación y se declararon en emergencia.
La región, devastada por el huracán "Katrina" en 2005, concentra cerca del 20% de la pesca y un 30% de las actividades turísticas.