El papa Francisco afirmó hoy que lo hacen "llorar" las "historias de adultos vulnerables y de niños que son explotados", al tiempo que aseguró que su deseo para Navidad se concentra en especial en "los pobres, los olvidados y los abandonados".

"En los pobres, siempre. Y después en los olvidados, los abandonados, los últimos y en particular los niños abusados y esclavizados", precisó el Pontífice al ser consultado sobre a quién dirige sus pensamientos de Navidad durante una entrevista publicada hoy de forma conjunta por los diarios La Repubblica y La Stampa.

"Me hacen llorar las historias de adultos vulnerables y de niños que son explotados", admitió el Papa.

Al hablar de la situación de pandemia, Francisco reafirmó que admira el trabajo del personal médico y sanitario de los hospitales. "A menudo no nos damos cuenta de la grandeza del trabajo diario de estos médicos, enfermeras y personal sanitario, y en cambio todos deberíamos estar agradecidos a cada uno de ellos", subrayó.

También advirtió que "la comunidad internacional, la Iglesia -comenzando por el Papa-, las instituciones, los que tienen responsabilidades políticas y sociales y también todos los ciudadanos, particularmente en los países más ricos, no pueden y no deben olvidar las regiones y las personas más débiles, frágiles e indefensas".

"Rezo a Dios para que esta Navidad transmita más generosidad y solidaridad a la Tierra.
Espero que la Navidad caliente el corazón de los que sufren, y abra y fortalezca el nuestro para que arda en el deseo de ayudar más a los más necesitados", planteó.

En otro tramo de la entrevista, se refirió a su propia salud y dijo que, a cinco meses de la operación de colon a la que se sometió en julio, no cambió su rutina y todavía se levanta "a las 4 de la mañana". "Me concedo solo una breve siesta después de almorzar", contó el Papa, días después de haber cumplido 85 años, el pasado 17 de diciembre.

También repasó algunos recuerdos familiares de la Navidad en la Argentina y sostuvo que su familia solía celebrarla la mañana del 25 de diciembre, siempre en casa de sus abuelos. "Una vez llegamos y la abuela seguía haciendo cappelletti, los hacía a mano. ¡Había hecho 400! Nos quedamos asombrados. Toda nuestra familia estaba allí; tíos y primos también vinieron", rememoró.

Esta tarde, desde las 19.30 de Roma (15.30 de la Argentina), Francisco celebrará la tradicional Misa de Gallo desde la Basílica de San Pedro.