El Gobierno remodelado del primer ministro socialista griego, Yorgos Papandréu, logró ayer el voto de confianza del Parlamento y, aunque sólo tuvo el apoyo de sus correligionarios, salvó así la primera prueba de fuego para cumplir con las condiciones de los acreedores y recibir ayuda financiera.
“Dieron su voto de confianza al Gobierno 155 diputados, del total de 298 votos emitidos. Votaron en contra 143‘, anunció el presidente del Parlamento heleno, Filipos Pechálnikos.
Antes de iniciarse en la Cámara la votación abierta, Papandréu pidió apoyo ‘de todos” a su gobierno, “para afrontar la crisis en forma efectiva”.
Ahora, el Gobierno heleno deberá centrarse en conseguir la adopción en el Parlamento de un nuevo paquete de medidas de austeridad y reformas para reducir el enorme déficit, del 10,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), unos 24.000 millones de euros, y pagar su deuda, que supera ya el 150 por ciento del PBI.
