El papa Francisco denunció hoy la "violencia diabólica" desencadenada tras la invasión rusa a Ucrania de fines de febrero y renovó su pedido para que "las armas dejen el lugar a las negociaciones" para poner fin al conflicto.

"Allí se volvió al drama de Caín y Abel", lamentó el pontífice en referencia a Ucrania al recibir este jueves en el Vaticano a una delegación del organismo que coordina las ayudas a las Iglesias Orientales (Roaco, por sus siglas en italiano).

"Se desencadenó una violencia que destruye la vida, una violencia de Lucifer, diabólica, a la que los creyentes estamos llamados a reaccionar con la fuerza de la oración, con la ayuda concreta de la caridad", planteó el Papa.

En su discurso, pidió además una reacción "con todo medio cristiano para que las armas dejen el lugar a la negociación".

Francisco enmarcó su mensaje en una preocupación por la situación de Medio Oriente, y lamentó "el desierto de pobreza y desánimo provocado por los doce años de guerra" que "han postrado la amada y torturada Siria".

El miércoles, el Papa pidió que no se olvide a Ucrania ni “el sufrimiento de ese pueblo martirizado” al término de la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano y donde estuvo acompañado por tres niños de ese país en su recorrido inicial entre los miles de fieles reunidos para escucharle.

“No olvidemos a Ucrania, no perdamos la memoria del sufrimiento de ese pueblo martirizado”, dijo Francisco en la conclusión de la audiencia y cuando están a punto de cumplirse cuatro meses de la invasión rusa con la que comenzó la guerra, al tiempo que reveló: “Los niños que estaban conmigo en el papamóvil eran niños ucranianos”.

Fuente: Télam