El cruce. Los líderes de Corea del Norte (izquierda) y de Corea del Sur (derecha) cruzan la línea militar de demarcación intercoreana.

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, protagonizaron ayer un histórico encuentro en la frontera entre los países de cara a una posible desnuclearización del régimen de Corea del Norte.

Kim cruzó la línea de demarcación militar que separa las dos Coreas en un gesto histórico que lo convierte en el primer líder norcoreano en pisar suelo del Sur desde que en 1953 acabó la guerra

entre las dos Coreas, un conflicto cerrado por un alto el fuego pero no por un tratado de paz. Antes de que Kim cruzara, él y Moon se dieron un apretón de manos a través de la línea fronteriza e intercambiaron unas breves palabras.

Cuando Kim ya se encontraba en el Sur se produjo otro emotivo momento cuando el mariscal norcoreano invitó a Moon a cruzar juntos de nuevo la divisoria hacia el Norte, cosa que hicieron sonrientes. De vuelta en suelo surcoreano, ambos fueron recibidos con flores por dos niños nacidos en el pueblo surcoreano ubicado en el corazón de la zona desmilitarizada, la tensa frontera que divide ambos países desde hace casi 73 años.

Kim y Moon pasearon después, junto a una guardia de honor tradicional coreana que los acompañó, hacia Peace House, el edificio donde se celebra la cumbre. Los dos saludaron a continuación a los miembros de las delegaciones surcoreana y norcoreana, antes de fotografiarse todos juntos.

Seúl ha designado para su delegación a la canciller, Kang Kyung-hwa o al Ministro de Unificación, Cho Myoung-gyon, mientras que Pyongyang incluyó al presidente honorífico norcoreano, Kim

Yong-nam, o a Kim Yo-jong, hermana de Kim Jong-un, encargada de propaganda e importante figura en el reciente acercamiento intercoreano.

Los dos líderes entraron después en Peace House (La Casa de la Paz), donde firmaron un libro de visitas y fueron retratados delante de un cuadro en el que aparece Bukhansan, emblemático parque nacional situado junto a la residencia presidencial surcoreana en Seúl. Las dos delegaciones accedieron después a una sala aledaña para mantener intercambios informales antes del inicio de las conversaciones oficiales, previstas en torno a las 10.30 hora surcoreana (22,30 de ayer, hora argentina).

La reunión había sido planificada hasta el más mínimo detalle por ambos países, cuyo objetivo de máxima es el establecimiento de algún tipo de tratado de paz. Se esperaba que los dos líderes hicieran un anuncio, cuyo formato iba a depender del "contenido de dicho texto", explicó la oficina presidencial surcoreana.

La cumbre intercoreana -inimaginable hace apenas un año- será la tercera de la historia, luego de las mantenidas por el difunto líder y padre del actual mandatario del Norte, Kim Jong-il, y los presidentes surcoreanos Kim Dae-jung y Roh Moo-hyun en los años 2000 y 2007, respectivamente. A pesar de que estas reuniones terminaron en una serie de promesas incumplidas, Corea del Sur y la comunidad internacional viven con optimismo este nuevo encuentro. Las cumbres de 2000 y 2007 se realizaron en Pyongyang, Corea del Norte. Por su lado, el presidente de EEUU, Donald Trump, aseguró que se manejan "tres o cuatro fechas" posibles para la reunión con el líder norcoreano esperada a fines mayo.