Desde primera hora de la mañana, los candidatos presidenciales de Chile comenzaron una desesperada carrera para ganar el balotaje del próximo 17 de enero.

Según los resultados más recientes, el candidato derechista, Sebastián Piñera, se alzó como ganador de la primera vuelta electoral del domingo pasado, obteniendo el 44,05 por ciento de los los votos. Mientras que el segundo lugar quedó en manos del oficialismo gobernante, cuyo candidato Eduardo Frei, obtuvo un 29,60 por ciento.

Urgida por la necesidad de remontar los más de 14 puntos de diferencia, la Concertación gobernante se apresta a realizar la movida más intensa y así lo demostró el cambio de gabinete dispuesto por la presidenta Michelle Bachelet, que liberó a la titular de la Secretaría General de Gobierno, Carolina Tohá, para que asuma la coordinación de la campaña del senador y ex presidente Frei.

Esta movida fue para renovar las figuras del oficialismo y para mantener mejor diálogo con los otros dos sectores que representaban los candidatos que perdieron ayer. Entre ellos Marco Enríquez Ominami, que salió tercero (20,13 por ciento de votos), por lo que su caudal de electores se convertirá en una pieza clave para definir el balotaje.

"En la elección (del domingo) hubo otros candidatos que tuvieron también el apoyo de gran cantidad de ciudadanos. Nosotros nos queremos dirigir a ellos y decirles que sus sueños están representados por Frei", dijo Tohá para convencer a los electores de Enríquez Ominami.

Tras festejar con su familia hasta las 4 de la mañana de ayer, el empresario multimillonario Piñera también retomó con intensidad su campaña y a primera hora del día su comando difundió avisos publicitarios en la prensa escrita y en las estaciones de radio, agradeciendo el fuerte respaldo que le dio la victoria en la primera ronda.

El derechista iniciará hoy una gira por todo el del país que comenzará en la ciudad de Puerto Montt, 1.080 kilómetros al sur de Santiago. "Quiero convocar a todos los simpatizantes de Marco (Enríquez Ominami). Los vamos a recibir con los brazos abiertos", dijo ayer Piñera.

El izquierdista Enríquez Ominami dejó a sus votantes en libertad de acción para la segunda vuelta, porque a su juicio Piñera y Frei "representan el pasado".

En una clara alusión al propio Enríquez Ominami (quien ya se había separado de la Concertación gobernante), Frei añadió que "el que crea que se puede gobernar sin partidos políticos engaña a la opinión pública".

A diferencia de Enríquez Ominami, el socialista Jorge Arrate (salió cuarto el domingo) llamó a unir fuerzas contra la derecha.

¿Quién ganará?

Según sondeos de opinión, una parte de los sufragios de Enríquez Ominami pasaría a Frei y otra, menor, iría a Piñera. Pese al cómodo triunfo de Piñera, analistas creen que la segunda vuelta no es una "carrera corrida" ya que el comportamiento de los votantes tiene factores impredecibles.

"La segunda vuelta no es un simple trámite, es extraordinariamente difícil proyectar, sobre todo porque el equipo de Frei no tenía un ‘plan B’ frente a esto", dijo Carlos Huneeus, director de CERC, cuyas proyecciones antes de la elección estuvieron en línea con los resultados.

"La postura de Enríquez podría eventualmente beneficiar a Piñera", dijo Huneeus, aludiendo a las declaraciones del independiente, hijo de un guerrillero asesinado en la dictadura de Pinochet, que aseguró que ninguno de los aspirantes a segunda vuelta implica un cambio.

Huneeus analizó que "se abre una elección distinta en la que Piñera parte en mejores condiciones pero todavía necesita un número significativo de votos para ganar el 17 de enero, para lo cual seguramente tendrá que acercarse al centro porque es allí donde están los votos que necesita".

"El de Frei es un cuadro más complejo. Debe sumar los votos de la izquierda y los del centro, pero las preferencias son difíciles de anticipar porque existe un voto escondido a favor del ex presidente", en referencia a que "los relevamientos no expresan a todos los que terminan votando por él".

Sin dudas, las miradas de ambos candidatos están orientadas al votante del candidato independiente. El electorado de Enríquez Ominami, según Huneeus, es "heterogéneo, especialmente joven, crítico de los dos candidatos, mientras que otros directamente no concurrirán a votar o anularán".

"Muchos de los votantes de Enríquez están desilusionados con el ‘establishment’ político tradicional y la falta de renovación política en los últimos años", coincidió Alberto Ramos, analista senior de Goldman Sachs.