Corea del Sur, 17 de abril.- En una desesperada búsqueda contra reloj, 87 barcos y 18 aviones trabajaban ayer en la búsqueda de sobrevivientes en las heladas aguas frente a la costa de Corea del Sur , donde se hundió un barco con 475 pasajeros, la gran mayoría alumnos de una escuela secundaria. Aún continuaban desaparecidas 290 personas.

En lo que podría convertirse en el mayor desastre marítimo del país en más de 20 años, hasta anoche habían sido rescatadas 179 personas, mientras que las autoridades confirmaron seis muertos.

El alto número de desaparecidos obedece a que probablemente muchos de ellos hayan quedado atrapados en el barco (que se hundió por completo), lo que hace temer que el número de víctimas pueda aumentar dramáticamente.

"Ya se hizo una búsqueda en un radio de cinco kilómetros de la zona del hundimiento, pero no encontramos nada. Teniendo en cuenta la temperatura del agua, la profundidad del mar y el tiempo transcurrido, es muy poco probable que alguien atrapado dentro del barco haya podido sobrevivir", dijo un socorrista a una cadena de noticias local.

"Temo que haya pocas posibilidades de supervivencia para aquellos que quedaron atrapados dentro de la nave", reconoció otro miembro del equipo de rescate.

En el lugar del naufragio, la profundidad del mar es de 45 metros, y la temperatura del agua, de unos 12°C, suficientemente fría como para causar hipotermia después de 90 minutos o dos horas de estar flotando en ella, según los funcionarios de emergencia.

El accidente se produjo ayer cerca de las 9 (hora local). En el barco viajaban 324 adolescentes y 14 docentes de un colegio secundario en un viaje escolar a la popular isla de Jeju, en una travesía de cuatro días.

El ferry había zarpado anteayer del puerto de Incheon, al oeste de Seúl, según informó la Administración Portuaria de la Región de Busan.

En la mañana de ayer, los pasajeros reportaron haber oído un fuerte ruido y luego indicaron que la nave comenzó a inclinarse.

Un estudiante, Lim Hyung-min, dijo al canal YTN que saltó al mar con su chaleco salvavidas junto a otros compañeros, después nadaron hacia una embarcación de rescate.

"Cuando el transbordador se sacudía y se inclinaba, nos tropezamos y nos golpeamos unos con otros”, dijo Lim, que agregó que algunas personas estaban sangrando. El estudiante dijo que el agua estaba muy helada. "Me apresuré al pensar que quería vivir”, relató.

Canales locales transmitieron imágenes del transbordador volcado, que se hundía lentamente mientras los pasajeros saltaban al agua o eran rescatados. Decenas de barcos, helicópteros y aviones llegaron hasta la posición del ferry.

Otros grupos de socorristas escalaron por los costados de la nave y sacaron a pasajeros que vestían chalecos salvavidas naranjas, pero el barco terminó volteándose totalmente para continuar su hundimiento.

"No podemos rendirnos", dijo la presidenta surcoreana, Park Geun-hye. "Haremos nuestro mejor esfuerzo para rescatar a todos los pasajeros", añadió.

Las familias de los desaparecidos enfrentaban una agónica incertidumbre, mientras los buzos que buscaban a los pasajeros atrapados en la embarcación suspendían anoche su trabajo hasta el amanecer de hoy.

Los sobrevivientes fueron llevados a un gimnasio en la localidad costera de Jindo, donde recibieron abrigos y asistencia médica.

En tanto, enfurecidos por el accionar de las autoridades, familiares de pasajeros desaparecidos lanzaron agua a periodistas y a un político local que llegó al improvisado hospital para intentar hablar con los sobrevivientes.

El enojo de los familiares obedecía a la confusión sobre las cifras de víctimas y sobrevivientes.

En principio, el ministerio de Seguridad y Administración Pública notificó que 368 personas habían sido rescatadas y que sólo un centenar de pasajeros estaban desaparecidos. Pero, luego, informó que se trataba de un error de cálculo, convirtiendo lo que se había intentado presentar como una exitosa operación de rescate en una potencial tragedia de gran magnitud.

Los padres organizaron una protesta frente a la escuela Danwon, de donde partieron sus hijos, para pedir mayor información.

Muchos de ellos miraban permanentemente sus teléfonos celulares, a la espera de una llamada de sus hijos o de los equipos de rescate, mientras se disponían a una larga noche de vigilia antes de que prosiga hoy el operativo de rescate en el mar.

En ese sentido, Estados Unidos informó ayer que envió un barco a la zona para colaborar con el operativo.