"Los César de la vergüenza", los llamaron quienes reclamaron en la puerta de la Sala Pleyel de París, donde se realizaba la 45ta edición de los César del cine francés. Es que finalmente y pese a la presión que movimientos feministas, actrices y público en general habían ejercido las últimas semanas, para que Roman Polanski acusado de abuso sexual y estupro, no fuera premiado por su película J'Acusse que tenía 12 nominaciones, el realizador obtuvo tres galardones, incluyendo el de mejor director. Claro que ni él ni ningún integrante de J'Accuse se presentó en la ceremonia. 


Fue una tensa edición de los premios de la Academia Francesa, cuya comisión renunció hace dos semanas por este tema, y que algunos analizaron como el final de una era para la institución, permitiendo mayor diversidad y representación femenina. 


La actriz Adèle Haenel, que se ha convertido en una de las caras del #MeToo francés tras acusar al director Christophe Ruggia de haber abusado sexualmente de ella cuando era adolescente, perdió el César a la mejor actriz, sin que se pudiera escuchar seguramente uno de los discursos más picantes de la noche. En vísperas de la gala, Haenel había declarado a The New York Times que "distinguir a Polanski es escupirle a la cara a todas las víctimas. Quiere decir: "No es tan grave violar a las mujeres'. La actriz abandonó la sala tras conocer que Polanski era nombrado mejor director y como ella más de una decena de invitados la siguieron. 


La cinta de Polanski, que aborda el famoso caso Dreyfus de finales de siglo XIX en el que un capitán del ejército francés de origen judío fue acusado de espía, sumó tres galardones, incluidos mejor vestuario y mejor adaptación. El director de Barrio chino y El bebé de Rosemary no puede ingresar a Estados Unidos desde los años '70, cuando fue acusado por mantener relaciones sexuales con una menor de edad, ante el peligro de tener que afrontar una condena que lo recluya de por vida. Pero además, en los últimos tiempos se conocieron otras acusaciones que volvieron a ponerlo bajo la mirada de la opinión pública por motivos que exceden su labor cinematográfica.


Pese a no hacerse presente, Polanski de todas maneras fue el gran protagonista de la noche.Desde el comienzo, la presentadora Florence Foresti hizo referencia explícita a Polanski: "¿Qué hacemos con Popol? Saben bien de quién hablo. ¿Aplaudimos o no? (...) Vamos a tener 12 problemas esta noche'. Las menciones o críticas a Polanski en la ceremonia fueron más o menos evidentes y en boca casi siempre de los presentadores.


La Academia de Cine de Francia, en tanto, consagró como mejor filme del año a Les Misérables, ópera prima de Ladj Ly que también estuvo nominada al Oscar en la categoría de mejor película internacional, informó la agencia de noticias Efe.Tanto Les Misérables como la cinta dirigida por Polanski, J'accuse, llegaban a la ceremonia realizada en la Sala Pleyel, de París, con 12 nominaciones cada una. El retrato que Ly hace de la vida en los suburbios pobres parisinos se alzó con cuatro estatuillas, incluidas las de mejor actor revelación para Alexis Manenti, mejor montaje y el premio del público.