La intensa lluvia impidió ayer que se cumpliera el operativo de liberación de Guillermo Solórzano y Salín Antonio Sanmiguel, emprendido durante la jornada por una misión humanitaria encabezada por la ex senadora Piedad Córdoba, quien al menos pudo recibir en las primeras horas de la tarde al único rehén liberado ayer, el policía Carlos Alberto Ocampo.

Fuentes de la Cruz Roja Internacional, a cargo del operativo, y la propia ex legisladora dijeron que la tormenta hacía imposible el desplazamiento del helicóptero del gobierno brasileño que se utiliza en las entregas unilaterales prometidas por la guerrilla, que ayer debían entrar en su última jornada de tres previstas.

Córdoba escribió en su Twitter que ya envió un pedido de permiso al presidente Juan Manuel Santos para que hoy temprano se pueda retomar el operativo, si el mal tiempo no vuelve a impedirlo.

La culminación exitosa del proceso de liberaciones no sólo sufrió en las últimas horas un clima meteorológico adverso, sino que entró además en una enrarecida atmósfera política a partir de la evidente molestia del presidente Santos.

El jueves último, el mandatario anunció que había estado tentado de abortar las liberaciones en rechazo a 2 nuevos secuestros perpetrados por la guerrilla, lo cual consideró digno de "una doble moral", porque "por un lado liberan rehenes y por otro siguen los secuestros".

El operativo que debía finalizar ayer comenzó el miércoles con la liberación Marcos Baquero, y continuó el viernes con dos entregas, la del concejal Armando Acuña, y la del infante de Marina Henry López.