Durante la celebración del Viernes Santo en el Vaticano, el Predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa denunció que la campaña publicitara atea "Probablemente Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida" es uno de los desafíos, "tal vez el más abierto", que se haya conocido contra la fe.
La denuncia del franciscano Cantalamessa, quien ante el Papa y miles de personas asistentes en la basílica de San Pedro a los ritos de la Pasión de Jesús, dijo que los cristianos deberían dar las gracias al promotor de la campaña, "ya que sirvió a la causa de Dios más que muchos de nuestros argumentos. La campaña mostró la pobreza de sus razones y contribuyó a sacudir muchas conciencias adormecidas", añadió Cantalamessa.
Además, el fraile afirmó que el mayor efecto del eslogan de esa campaña, expuesta en colectivos que transitan por calles de Madrid, Barcelona y Londres entre otras ciudades europeas, no está en la premisa "Dios no existe", sino en la conclusión "Disfruta la vida".
"Se sobreentiende el mensaje de que la fe en Dios impide disfrutar de la vida, que es enemiga de la alegría y que sin ella habría más felicidad en el mundo", subrayó el predicador, que agregó que el apóstol Pablo da una respuesta a ese desafío explicando el origen y sentido de todo sufrimiento a partir de Cristo. Y al respecto manifestó que Jesús, revelando la verdad de Dios, "provoca a las fuerzas del mal y éstas llevarán a su rechazo y a su eliminación".
Cantalamessa recordó que en los países de antigua fe cristiana la idea de sufrimiento y de cruz se asoció siempre a la de sacrificio y de expiación, "y ello provocó, en la época moderna, el rechazo de toda idea de sacrificio ofrecido por Dios".
En sus críticas al eslogan, Cantalamessa agregó que esa publicidad la leen también padres con hijos enfermos, personas solas, exiliados que huyen de la guerra, quienes han sufrido graves injusticias en la vida, etc. y que intenta imaginar la reacción de las mismas al leer "probablemente Dios no existe, disfruta de la vida".
"¿Con qué?, se preguntó el franciscano, que agregó que el ateísmo "es un lujo que se pueden permitir solo los privilegiados de la vida, los que han tenido todo, incluida la posibilidad de estudiar e investigar".
El religioso agregó que el anuncio promovido por colectivos ateos tiene otra incongruencia, la de "Dios probablemente no existe", ya que da a entender que no se puede excluir del todo "y si existe, tu, querido ateo, has perdido todo". Echando mano del Apóstol Pablo el predicador destacó que el pecado es la causa principal de la infelicidad de los hombres, no Dios.
Cantalamessa se refirió también a la crisis económica y denunció la avaricia insaciable, que calificó de "idolatría" y la desenfrenada codicia de dinero como la "raíz de todos los males".
Por su parte, el papa Benedicto XVI presidió el Vía Crucis, en el que dijo que el rostro de Cristo se refleja en las personas humilladas, enfermas, solas, abandonadas y despreciadas.
Benedicto subrayó que Cristo cambió el mundo "no matando a otros, sino dejando que lo mataran clavado en una cruz".
"Cristo murió en la cruz por amor", afirmó el Pontífice, que añadió que el rostro del "Varón de Dolores que cargó sobre sí todas las angustias mortales" se refleja hoy día "en el de cada humillado, enfermo, abandonado y despreciada".

