La Comisión Europea presentó ayer su propuesta de eurobonos y para aplacar resistencias ha planteado, de forma paralela, reforzar el control sobre los presupuestos nacionales e introducir la posibilidad de forzar el rescate de los países con problemas. De este modo, los dos planteamientos de regulación avanzados por el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, concitaron más atención que la estricta propuesta de los eurobonos, presentada por el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, para abrir el debate sobre este instrumento financiero.

Los países de la eurozona, según lo adelantado por Rehn, tendrían que entregar su proyecto presupuestario cada mes de octubre a la Comisión, para que determine si se ajusta a los objetivos de déficit y deuda, y pida, en su caso, a los Estados que revisen el proyecto.

Con la otra propuesta, la Comisión podrá pedir al Consejo Europeo que recomiende a un Estado miembro pedir asistencia si su situación financiera tiene ‘importantes efectos adversos‘ para la zona euro. De las tres opciones de bonos que propone la Comisión, sólo una contempla la sustitución completa de los bonos nacionales por bonos de estabilidad.

La segunda propuesta sólo reemplazaría una parte de las emisiones nacionales (hasta un 60 %). Por último, la tercera opción es la sustitución parcial de bonos nacionales, pero sin garantías compartidas. Este modelo requeriría menos condiciones previas para implantarlo en la eurozona y no necesitará un cambio en el Tratado.