Vaticano, 28 de septiembre.- Durante su visita a Cuba y Estados Unidos, el Papa dejó ver su renguera y llegó a asustar a muchos cuando su pierna no lo dejaba subir la escalera de uno de los aviones en los que debió volar. Al respecto, el portavoz oficial de la Santa Sede, Federico Lombardi, reconoció que Francisco sufre de la cadera y es sometido a sesiones “regulares de fisioterapia”.

“El Papa sufre de problemas en el movimiento de sus piernas. Algunos días está mejor que otros. Durante un viaje como éste, en el que debe desplazarse a menudo, está un poco fatigado físicamente. Es normal. Pero felizmente duerme muy bien”, precisó el padre Lombardi.

Durante los 8 días que duró su viaje, el Papa caminó lentamente y cojeando. Y cuando sube o baja escalones cerca de un altar o en un atrio, uno de los sacerdotes que lo acompañan a menudo lo toma discretamente del brazo para ayudarlo.

Sin embargo, a él no parece gustarle mucho esta ayuda. Desbordante de energía, Jorge Bergoglio se levanta a las 4 y 5 de la mañana y cumple en el Vaticano un programa de trabajo intenso. Sus viajes son aún más agotadores.

Para Lombardi todo esto es normal, en el sentido de que el pontífice de 78 años de edad "no corría" cuando fue electo en el 2013.