Desde Bruselas, el ya expresidente del Gobierno catalán Carles Puigdemont, denunció la ofensiva "extrema agresividad" contra la Generalitat de parte de Madrid y justificó su viaje a Bélgica: "Nos hemos desplazado para hacer evidente el problema catalán en el corazón de Europa", señaló.

 

"Pido a Europa que reaccione. El caso de Cataluña es el caso de los valores sobre los que se fundamenta Europa", expresó Puigdemont. Según trascendió el lunes, el exmandatario catalán está allí en contacto con un abogado que en el pasado defendió a miembros del grupo separatista vasco ETA.

 

El Gobierno español recordó que el líder independentista tiene libertad de movimiento. El ministro español de Exteriores, Alfonso Dastis, dijo hoy en una entrevista en la emisora de radio Cadena Ser que si Bélgica le concediera asilo, en caso de que lo solicitara, "no sería una situación de normalidad".

 

Junqueras, por su parte, aseguró que el "Govern" catalán sigue trabajando "en todos los ámbitos" y que "Bruselas" es "un ámbito donde se puede hacer mucho trabajo". Tanto él como Puigdemont fueron denunciados el lunes por la Fiscalía General del Estado junto al resto de los miembros del Gobierno catalán y parlamentarios independentistas por presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación. El delito de rebelión puede suponer hasta 30 años de cárcel en España.

 

El ministerio público solicitó a los tribunales ante los que presentó la querella que llamen cuanto antes a los denunciados a declarar como imputados y anticipó que podría pedir medidas cautelares para ellos.

 

"Son querellas que tienen una connotación política, una voluntad política muy clara, que es la de intimidar", dijo Junqueras. Madrid puso en marcha el viernes una serie de medidas como respuesta a los planes independentistas de las autoridades catalanas. Además de destituir al "Govern" en bloque, disolvió el Parlamento catalán y convocó elecciones para el 21 de diciembre en Cataluña.

 

Ese mismo día, la Cámara regional catalana aprobó una resolución para crear una "república" independiente en Cataluña, lo que el Estado español interpretó como una declaración de secesión.

 

"Sean cuales sean las circunstancias, nuestro trabajo es intentar servir lo mejor posible a la gente y, por tanto, seguro que ganar elecciones, porque, si no, no la podemos servir tan bien", dijo Junqueras a la televisión TV3.