Miles de niños de América latina se lavaron las manos a la misma hora para romper el récord Guinness y fomentar una de las prácticas más simples para prevenir infecciones que matan a millones de menores cada año en el mundo.
El objetivo es lograr un número superior a 52.970 personas, la marca que logró Bangladesh el año pasado, algo que sólo se sabrá dentro de unas semanas, cuando se certifique la participación.
Pero se alcance o no, el solo intento es un triunfo para la salud, explicó Alfonso Contreras, coordinador del proyecto en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Washington. "El récord es una excusa, es simplemente para generar entusiasmo en las escuelas", dijo.
