La palabra de Francisco. Cuando era arzobispo, Francisco había dicho que un cura que viola el celibato durante un momento de pasión podría seguir en el sacerdocio, pero no si tuvo un hijo.

El Vaticano tiene directivas escritas sobre qué es lo que hay que hacer cuando un sacerdote rompe el voto del celibato y tiene hijos, confirmó ayer Alessandro Gisotti, vocero de la Santa Sede.

"Puedo confirmar que estas directivas existen", dijo el funcionario, en respuesta a una consulta del New York Times, revelación que llegó en vísperas de la cumbre en el Vaticano sobre la pedofilia en el clero católico.

Las directivas del "documento interno" de 2017 sintetizan décadas de procedimientos con "la protección del niño como principio fundamental", dijo Gisotti al diario estadounidense. También prevén que el padre deje el sacerdocio y asuma su responsabilidad de progenitor, dedicándose exclusivamente al niño.

"Es el próximo escándalo. Hay hijos por todos lados", dijo al diario Vincent Doyle, un psicoterapeuta irlandés que a los 28 años supo que era hijo de un cura, y que tras el impacto inicial creó un grupo de apoyo para personas en su misma situación.

Si bien no hay estimaciones de cuántos son los hijos de los curas, Doyle dijo al Times que el grupo de apoyo online Coping International, que él mismo creó, cuenta con 50.000 inscriptos de 175 países.

El profesional contó que vio las directivas vaticanas por primera vez en octubre de 2017, y que quedó "shockeado" al descubrir que "tenían un término para definirnos: "hijos de los ordenados". Doyle está en viaje hacia Roma, en vista de la cumbre que comienza mañana, donde estarán otras personas que son hijos de sacerdotes y otras que fueron víctimas de abusos sexuales por parte de curas.

Al margen de las afirmaciones de Gisotti, otro funcionario de la Santa Sede sostuvo que el "pedido" era apenas una formalidad. Monseñor Andrea Ripa, el número dos de la Congregación para el Clero que supervisa a más de 400.000 sacerdotes, dijo en una breve entrevista que "es imposible imponer" el despido de un cura y "sólo puede pedirlo" el propio cura. Agregó que la Iglesia tomó acción precisamente porque los curas no suelen hacer ese pedido.

Los obispos irlandeses tienen sus propios lineamientos y los hicieron públicos en 2017.

Aquellos principios de la Iglesia irlandesa no incluyen el pedido explícito para que los curas abandonen el sacerdocio, pero remarcan: "Un cura debe asumir sus responsabilidades, como cualquier flamante padre: de manera personal, legal, moral y económica".

El papa Francisco no dijo mucho sobre este tema. En su libro Sobre el cielo y la tierra (escrito cuando aún era arzobispo de Buenos Aires) dice que un cura que viola el celibato durante un momento de pasión podría seguir en el sacerdocio, pero no si tuvo un hijo. El texto dice que la ley natural es anterior a su derecho como cura. Y agrega que la primera responsabilidad de un sacerdote es con su hijo y "debe abandonar el ministerio" para cuidarlo. Especialistas en Derecho Canónico subrayan que no hay ninguna ley en la Iglesia que obligue a un cura a dejar el sacerdocio por tener un hijo. "No hay nada de nada de nada", afirmó Laura Sgro, especialista en Roma. "Como no se trata de un delito canónico, no hay razones para la expulsión". Télam