El conservador partido de la canciller alemana, Angela Merkel, perdió ayer el poder, en un bastión regional, luego de que los resultados electorales mostraran que los Verdes ocuparán por primera vez el cargo de primer ministro estatal.

El partido de Merkel ha perdido, por primera vez en casi 60 años, el gobierno de Baden-Württemberg, la primera región económica de Alemania, lo que supone un duro revés.

Además la Unión Cristianodemócrata (CDU) se hundió en el Estado de Renania Palatinado, mientras los Verdes se catapultaron hacia la jefatura de su primer "Land" (Estado-federado), empujados por el "efecto Fukushima", ya se considera que el éxito de las nuevas autoridades se vio impulsado por la crisis nuclear que se vive en Japón.

El feudo conservador de cristianodemócratas y liberales pasará a ser gobernado por Winfried Kretschmann, el primer ecopacifista que dirigirá a un Estado-federado, formando una alianza con los socialdemócratas.

Durante 58 años, los comicios de Baden-Württemberg fueron rutina: la CDU ganaba y se decidía, únicamente, si habría o no mayoría absoluta, y en su defecto se gobernaba con el Partido Liberal (FDP). Ayer cambió la historia por primera vez desde la posguerra.

La CDU volvió a ser el partido más votado con el 39% de los votos, seguido por los Verdes (24%). Sin embargo, la coalición entre verdes y el Partido Socialista (que obtuvo un 23%) les suma un puntaje superior al de la CDU.

Por el lado de Renania Palatinado, los socialdemócratas defendieron la posición de fuerza más votada, sólo que en lugar de gobernar con mayoría absoluta, como hasta ahora, lo hará con los Verdes.

La pérdida de Baden-Württemberg empezó a barajarse hace meses, dado el escaso carisma de su primer ministro, Stefan Mappus, mientras que la figura de Kretschmann comenzó a crecer con las movilizaciones contra la nueva estación ferroviaria de Stuttgart, considerada un despilfarro por parte de la ciudadanía. El líder verde se ganó al electorado, mientras que el cambio de rumbo de Merkel, al dictar una moratoria a su plan de prolongar la existencia de las centrales nucleares y ordenar la desconexión de siete de ellas, fue encajado como maniobra electoralista.

Tampoco resultó convincente, según los analistas, la ambigua posición respecto a Libia de la canciller, que por un lado trata de mostrar cohesión con Francia, pero por otro no se suma a la intervención militar.

Tras estos resultados Merkel termina vapuleada, de los comicios más decisivos del año electoral alemán, en el que renuevan siete de 16 "Land" del país.