Pueblada contra Maduro. Miles y miles de venezolanos culminaron una semana de protesta con una multitud copando las calles de la capital. Hubo 60 manifestaciones. En algunos puntos de la ciudad hubo represión.


Con respaldo de Argentina, Estados Unidos y decenas de países de la región, de Europa y de cientos de miles de caraqueños que se adueñaron de las calles, el líder del Congreso opositor, Juan Guaidó, se autoproclamó ayer presidente encargado de Venezuela y demandó la salida del mandatario Nicolás Maduro, que denunció un golpe de Estado.

Poco después, el presidente estadounidense Donald Trump reconoció a Guaidó como encargado interino del gobierno, siguieron sus pasos Argentina, Perú, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Canadá y Brasil.

Desde el balcón del palacio presidencial, ante miles de seguidores, Maduro dijo que se quedará en su puesto y denunció un intento de desbancarlo orquestado por Estados Unidos, por lo que rompió relaciones diplomáticas y políticas con Washington.

"¿Podemos los venezolanos callarnos que desde Washington pretendan imponerle presidente a Venezuela? Es una gravísima insensatez del gobierno de Donald Trump contra Venezuela", gritó, después de un día de alta tensión con al menos 13 muertos y de final donde quedó plasmado su aislamiento internacional.

El diputado Guaidó, de 35 años, dijo que no temía ser encarcelado pese a que poco antes de su discurso el máximo tribunal de justicia venezolano ratificó la nulidad de los actos del parlamento y pidió a la fiscalía que determine las responsabilidades de los diputados adversos al gobierno.

Apenas asumió los poderes del Ejecutivo, Guaidó le pidió a la comunidad internacional que no rompan relaciones con Venezuela, que desconozcan cualquier decisión en ese sentido y que permanezcan en su país.

"Juro asumir formalmente las competencias del ejecutivo nacional como presidente encargado", dijo al levantar la mano derecha y en medio de los aplausos de sus simpatizantes.

La Constitución establece que ante un vacío de poder presidencial -que es el argumento que esgrime la oposición venezolana- es el jefe del Parlamento quien asume el cargo.

La oposición y buena parte de la comunidad internacional no reconocen el triunfo de Maduro en las elecciones de mayo del año pasado por considerar que no dieron garantías democráticas para que pudieran presentarse sus rivales y desafiarlo.

El juramento de Guaidó, casado y con una hija pequeña, se produce en medio de un resurgimiento del liderazgo opositor y del regreso masivo de sus seguidores a la calle.

Rebelión popular. Los barrios pobres de Caracas hacen punta en la protesta con barricadas y gomas encendidas. El martes hubo saqueos en busca de alimentos.

La manifestación de la oposición de ayer 23 de enero coincidió con la celebración de los 61 años de la caída de la dictadura militar y fue la primera movilización multitudinaria, tras la ola de intensas protestas antigubernamentales que en 2017 dejaron cientos de muertos y heridos.

En medio de protestas y cacerolazos en su contra, Maduro había asegurado la noche del martes que quiere paz y reafirmó que nada intimida al oficialismo.

Venezuela, con las mayores reservas petroleras del mundo, sufre la primera hiperinflación de su historia en el marco de una severa crisis económica que ha provocado la huida de más de 3 millones de personas desde 2015, según datos de la ONU.

El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, llamó el miércoles a Maduro a renunciar y dijo que apoyará a Guaidó mientras establece un gobierno de transición y prepara elecciones. Además exhortó a los militares y las fuerzas de seguridad a apoyar la democracia.

"Ellos saben que en el marco de la Constitución no pueden hacer lo que están haciendo", dijo Diosdado Cabello, el segundo hombre más poderoso del partido gobernante en la marcha oficialista. "No nos importa lo que diga el imperio, no nos importa lo que diga la Unión Europea", afirmó.

En el este de la ciudad, las fuerzas de seguridad dispersaron con gases lacrimógenos a opositores que intentaban bloquear algunas de las principales vías de la ciudad tras la concentración.

"Este país se despertó", dijo Mónica Márquez, una maestra de 43 años que vino de Los Teques, capital del estado Miranda, a la marcha. "Aunque sabemos que el gobierno le puede hacer algo (a Guaidó) tenemos la esperanza de un cambio".

En lo que va de semana, se han registrado manifestaciones esporádicas en Caracas. En barrios pobres muchos salieron a las calles a formar barricadas con basura y neumáticos incendiados. Esas protestas fueron reprimidas y desde la oposición denuncian al menos 13 muertos.
 

> Guaidó y la meteórica carrera hacia el poder

La singular dinámica de la crisis política e institucional de Venezuela llevó a Juan Guaidó, un ingeniero industrial de 35 años que hasta hace poco estaba lejos de los primeros planos, a convertirse en el nuevo hombre fuerte de la oposición hasta autoproclamarse presidente encargado del país caribeño.

Guaidó terminó el secundario en 2000, cuando Venezuela ya estaba gobernada por Hugo Chávez, y se formó políticamente en el centro de estudiantes de Ingeniería de la Universidad Católica Andrés Bello, donde se graduó en 2007. Formó parte del célebre movimiento estudiantil que en 2007 protestó ruidosamente contra la no renovación de la licencia de la televisora privada RCTV y se opuso al proyecto de reforma constitucional de Chávez que finalmente fue derrotado en un referendo.

En 2009, Guaidó acompañó al exalcalde Leopoldo López en la fundación de su partido Voluntad Popular (VP) y, el año siguiente, obtuvo su primer cargo público al ser electo diputado, mandato que revalidó en 2015.

El encumbramiento de Guaidó obedece, además de a sus propios méritos, a la política represiva de Maduro, que sacó sucesivamente de la escena a tres líderes de VP. Por acuerdo entre partidos, al VP le correspondía este año la presidencia de la AN y el elegido fue Guaidó, quien asumió esa función el 5 de este mes, apenas 5 días antes de que Maduro iniciara su nuevo mandato.