El Gobierno de Río de Janeiro declaró ayer el estado de calamidad pública en siete municipios de esta región brasileña y anunció la edificación de 3.000 viviendas, en sus primeros pasos para reconstruir las ciudades afectadas por las lluvias de esta semana que dejaron al menos 631 muertos.

El estado de calamidad por un período de 180 días fue decretado por el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, con el fin de facilitar la contratación de las empresas que reconstruirán viviendas e infraestructuras destruidas y la adquisición de los materiales necesarios, informó ayer la gobernación. La medida se extiende las ciudades más afectadas por las inundaciones y los deslizamientos de tierras que sepultaron cientos de viviendas construidas en las faldas de las montañas.

El decreto facilitará los trabajos de reconstrucción ya que permite que los gobiernos regional y municipales contraten empresas, obras y trabajadores y adquieran material sin necesidad de abrir licitaciones públicas y saltándose otras trabas burocráticas.

Cabral también anunció que el gobierno regional cederá terrenos en los que puedan ser construidas 3.000 viviendas para parte de las cerca de 6.050 familias que perdieron sus casas y otras que tendrán que ser reubicadas por residir en áreas de riesgo.

El gobernador dijo igualmente que negociará con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, la posibilidad de que el programa nacional "Mi casa, mi vida", que ofrece incentivos a la construcción de viviendas populares, conceda prioridad a las familias que perdieron sus casas por las lluvias.

El gobierno regional comenzó a dar los primeros pasos para la reconstrucción en momentos en que los equipos de rescate prosiguen sus trabajos, principalmente en las áreas que estaban aisladas y cubiertas de toneladas de tierra, piedras y barro que deslizaron de las montañas.

Según el último boletín de la Defensa Civil, las lluvias y, principalmente, los deslizamientos de la madrugada del miércoles provocaron 631 muertes: 287 en la ciudad de Nueva Friburgo, 269 en Teresópolis, 56 en Petrópolis y 19 en Sumidouro.

El mismo boletín indica que, además de las 6.050 personas que perdieron sus viviendas, otras 7.780 tuvieron que abandonarlas temporalmente y refugiarse en gimnasios y escuelas públicas debido a que están ubicadas en áreas de riesgo.