El féretro con los restos de Juan Pablo II fue sacado ayer de la tumba que ocupaba en las Grutas
Vaticanas y colocado sobre un catafalco cubierto con una tela blanca bordada en oro delante de la monumental tumba de San Pedro.
El ataúd permanecerá en ese lugar hasta la mañana del 1 de mayo, cuando será trasladado ante el Altar de la Confesión de la basílica de San Pedro, para que los fieles puedan venerarlo una vez beatificado por Benedicto XVI.
Las caja, informaron fuentes vaticanas, fue sacada pocos minutos después de las nueve de la mañana (4 de Argentina) por personal del Vaticano. Según precisó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, el cardenal arcipreste del templo, Angelo Comastri, entonó el canto de las letanías y se celebró un momento de plegarias.
Junto a Comastri asistieron el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, que cerró la ceremonia; el gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giovanni Lajolo; y el cardenal de Cracovia (Polonia), Stanislao Dziwisz, que fue secretario personal de Juan Pablo II durante cuarenta años.
La reliquia de Juan Pablo II que se expondrá a la veneración de los fieles el próximo 1 de mayo con motivo de su beatificación será una pequeña ampolla con sangre del Papa Wojtyla, colocada en un artístico relicario fabricado para la ocasión.

