Los líderes de los países industrializados y emergentes intentarán a partir de hoy en la Cumbre del G-20 en Londres en busca de un acuerdo para salir de la recesión mundial y refundar el sistema financiero internacional.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, una de las mandatarias participantes, apoyará en la capital británica la reforma de los organismos financieros y una mayor flexibilidad en el otorgamiento de créditos, así como la necesidad de incentivar la demanda.

Con la recesión al acecho, los jefes de Estado y gobierno del G-20 ampliado -24 países- deben tomar medidas para contener el aumento del desempleo y evitar un mayor desplome de la demanda mundial.

Los mandatarios mundiales, que ya comenzaron a llegar a Londres, mantendrán un primer contacto hoy, cuando acudan a la recepción que brindará la reina Isabel II de Inglaterra y marido, el Duque de Edimburgo, en el Palacio de Buckingham.

Por la noche, el premier Gordon Brown agasajará a sus invitados con una cena en su residencia oficial del 10 Downing Street y al día siguiente, jueves, los líderes mundiales participarán de la cumbre que tendrá lugar en el Excel Centre, en el este de Londres.

Pese a las extremas medidas de seguridad desplegadas por el gobierno británico, los líderes mundiales no podrán evitar ser testigos del rechazo social al modelo que muchos de ellos promovieron y que ha provocado la peor crisis desde la "Gran Depresión".

Grupos ecologistas, anticapitalistas y anarquistas, llamaron a tomar hoy a la City, el corazón del sistema financiero británico, desde las 12 hora local (8 de Buenos Aires), para "escrachar" a banqueros y empresarios.

En el marco de la cumbre, el presidente de EEUU, Barack Obama, quien llegó ayer a Londres, propondrá a los países de la zona euro que hagan un esfuerzo mayor y adopten un nuevo paquete de estímulo fiscal para que la economía recupere su pulso.

La propuesta de Obama, que asiste a su primera cumbre internacional como presidente, es resistida por la UE que se oponen a un nuevo paquete de estímulo porque puede poner en riesgo la sostenibilidad fiscal del bloque a largo plazo. Alemania y Francia, así como la Comisión Europea sostienen que ya gastaron suficiente -unos 400.000 millones de euros que representan el 4% del PIB europeo- y que deben esperar a que los paquetes de estímulo aprobados den resultado.

Aunque el asunto parece zanjado, Obama cuenta con el apoyo de Brown quien propuso un "New deal" para rescatar al mundo de la recesión. Este plan requiere de más gasto público, reformar el sistema financiero y, sobretodo, apuesta por un "cambio moral".

La prioridad de la Unión Europea (UE) es forjar un nuevo orden financiero mundial, con mayor supervisión y control sobre los conocidos como "hedge funds" (fondos de inversión de alto riesgo), los paraísos fiscales, y sobre las retribuciones de los banqueros.

La idea del presidente francés, Nicolas Sarkozy, es crear un organismo regulador financiero global, pero cuenta con el rechazo frontal de EEUU y el Reino Unido. Por eso ya adelantó que si no hay soluciones deja la Cumbre y no firma la declaración final.

En la batalla por generar confianza, un logro de los líderes del G-20 será haber ganado terreno frente a los paraísos fiscales, tras el compromiso de Suiza, Liechtenstein, Luxemburgo, Mónaco, Austria y Andorra, de compartir información con otras naciones. En el camino hacia una mayor supervisión financiera, Obama también dio pasos significativos con el anuncio de una plan para ampliar la regulación sobre los productos, especialmente los "hedge funds", y el sistema financiero.

Los líderes mundiales concuerdan además en la necesidad de evitar el proteccionismo y en completar las negociaciones de la Ronda de Doha de liberalización del comercio mundial.

Las propuestas están sobre la mesa y el G-20 no se puede permitir un fracaso porque "puede ser demasiado tarde", advirtió Brown en las horas previas al encuentro.