Veinte. Francisco, en la iglesia de Santo Petronio, Bolonia, de donde se fugaron dos presos. Los detenidos, que arribaron para almorzar con el Papa, eran veinte.

La policía italiana busca a dos presos que se fugaron de una cárcel del norte del país el domingo 1 de octubre tras almorzar lasagna a la boloñesa con el Papa durante la visita de Francisco a Bolonia.

Las autoridades buscan a dos detenidos que cumplían condena en el centro de reclusión para penas atenuadas de Castelfranco Emilia, en la localidad de Modena, quienes fueron vistos por última vez en la comida que el Papa compartió con mil pobres y reclusos en la basílica boloñesa de San Petronio.

Durante el almuerzo, un clásico de las visitas pastorales de Jorge Bergoglio dentro de Italia, los presos y el Papa habían compartido un menú típico de la zona, con la infaltable salsa boloñesa a base de carne sobre una lasagna. Según reporta la edición regional del diario Repubblica, hay "oscuros detalles" en la investigación sobre el paradero de los fugados, aparentemente dos ciudadanos italianos originarios del sur, que ya habían protagonizado episodios de fuga en el pasado.

Sobre la evasión rige la más estricta reserva de investigadores, según medios digitales. Los dos fugados, presuntamente napolitanos, estaban detenidos en una estructura para la reinserción social, alternativa a la cárcel dura y dividida en dos secciones: una para los tóxicodependientes y otra para los "internados", o sea los reos sujetos a una vigilancia especial por ser considerados peligrosos. Los fugados estaban en esta sección y los informes sobre ellos eran negativos.

Télam