Emma Sillett ató las manos de su hijo de 5 años a las suyas y saltó a un embalse en el distrito de Derbyshire Peak, en Reino Unido. La mujer sufría de depresión y dejó una nota donde explicó que no quería vivir más y no soportaba la idea de dejar solo a su pequeño.

El caso consternó a ese país europeo en noviembre del año pasado y ahora las investigaciones revelaron nuevos y escalofriantes detalles del hecho y de la vida de Emma.

El día en el que ocurrió la tragedia, la mujer llevó a su hijo a comer una hamburguesa. Quizá antes, durante o después de esa última comida, Emma escribió sus últimas palabras. En ese papel intentó explicar su decisión. Luego se subieron al auto y llevó a Jenson hasta el embalse.

Para garantizar que se ahogara, la mujer llenó de piedras la mochila y los bolsillos del nene y ató sus manos a las de ella. Luego de ser reportados como desaparecidos, la Policía encontró sus cuerpos: la madre y su hijo estaban cara a cara.

La corte de Chesterfield Coroner supo que la mujer, de 41, vivió varios años con depresión y había había sufrido tres abortos involuntarios. Además, la oficial de Policía Rebecca Fearon reveló que la ruptura de Emma con el padre del nene parecía ser "el mayor problema en su vida".