José Sócrates fue reelecto ayer líder del Partido Socialista de Portugal, cuatro días después de renunciar como primer ministro, y se comprometió a presentarse en las elecciones parlamentarias en una plataforma opositora a un rescate financiero.

Sócrates, que ganó las elecciones internas de su partido con el 93 por ciento de los votos a pesar de la crisis política del país, no escatimó críticas a la oposición, cuyo rechazo a las medidas de austeridad de su Gobierno de minoría durante la semana pasada lo llevaron a la renuncia.

"Estoy aquí para enfrentar el juicio de los portugueses. No tengo miedo y voy a luchar por la victoria", dijo Sócrates en una reunión del partido después de haber sido reelegido como secretario general. "Es el momento en que los portugueses elijan entre los que quieren un programa de ayuda exterior, los que quieren que venga el FMI, y quienes harán todo lo posible para que Portugal no tenga que pedir ayuda externa", agregó.

Los analistas económicos dicen que la crisis podría obligar a Portugal a solicitar un rescate internacional de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), debido a que la incertidumbre podría hacer más difícil un financiamento del país en los mercados de deuda. Grecia e Irlanda, otros dos miembros de la zona euro, ya solicitaron ayuda.

A juicio de Sócrates, que se prevé permanecerá como primer ministro provisional hasta las elecciones, un plan de rescate podría debilitar la ya débil economía y demandar demasiados sacrificios a la nación. Sócrates acusó al principal grupo de oposición, el Partido Social Demócrata (PSD), que lidera las encuestas de opinión, de provocar una crisis política sin presentar ninguna alternativa y lo culpó de haberse "entregado ya a la ayuda del FMI".

El sábado, el líder del PSD, Pedro Passos Coelho, dijo que su partido estaba comprometido a cumplir con los objetivos de presupuesto acordados con Bruselas, diciendo sobre cualquier plan de rescate: "Creo que hay que evitar una situación así", comentó.

El viernes, los líderes de los principales partidos políticos instaron al presidente a convocar a elecciones anticipadas a finales de mayo o principios de junio, rechazando la opción de un gabinete de coalición.