El Papa expresó ayer su "cercanía y solidaridad" con los afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja de la isla canaria de La Palma, que ya obligó a más de 6.000 personas a abandonar sus hogares para refugiarse en centros de evacuación.

"Envío mi cercanía y solidaridad a todos aquellos que han sido golpeados por la erupción del volcán en la isla de La Palma, en Canarias, España", dijo Francisco, tras el rezo del ángelus en la plaza de San Pedro.

"Me uno a todos aquellos que han sido forzados a abandonar sus hogares, y por todos ellos rezamos a la Virgen de estas tierras, venerada como la Virgen de las Nieves", agregó, según consignó la agencia ANSA.

Además aprovechó su alocución para alertar contra el peligro de la cerrazón dentro de la Iglesia: "A veces podemos dar la impresión de ser "los primeros de la clase" y tener a los demás a distancia en lugar de caminar con todos".

Alertó así acerca de la tentación de ir por ahí "exhibiendo el "carné de creyentes," para juzgar y excluir".

En ese sentido, instó a superar "la tentación de juzgar y de catalogar" porque las "comunidades cristianas deben ser lugares de comunión y no de separación".

Télam