Un niño de once años protagonizó su segunda persecución luego de que su mamá le quitara su consola de videojuegos en Brooklyn.

Fue alrededor de las 23:00 horas del pasado domingo cuando el menor se enojó porque su madre no lo dejó jugar más, tomó el vehículo familiar y comenzó a conducir por la calle a alta velocidad.

Un agente policíaco detectó la camioneta cuando se pasó un semáforo en rojo y comenzó a seguirlo.

Durante la persecución, el niño alcanzó velocidades de hasta 87 millas (140 kilómetros) por hora hasta que se impactó contra un vehículo estacionado, detalló Telemundo.

El menor resultó con heridas menores en una mano y muñeca.

Autoridades señalaron que el "pequeño conductor" enfrentará cargos en una corte juvenil.

Trascendió que en octubre de 2017, el mismo niño participó en una persecución por una carretera de Ohio, donde alcanzó velocidades de 100 millas (160 kilómetros) por hora.