Miles de personas huyeron a los cerros al registrarse ayer en el centro y sur de Chile un sismo de 6,9 grados de magnitud en la escala abierta de Richter. El terremoto, al que siguieron varias replicas, hizo recordar ayer a los chilenos la catástrofe mortal del 27 de febrero del año pasado, cuando un sismo de 8,8 grados devasto parte del centro y sur del país. En cuanto al caso de ayer, no se reportaron víctimas ni llegó a declararse alerta de tsunami.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés) precisó que el temblor ocurrió a las 17,21 hora local y que el epicentro se ubicó a 69 kilómetros al noreste de la ciudad de Temuco, en la localidad de Tirúa, con una profundidad de 17 kilómetros.

El instituto sismológico de la Universidad de Chile dijo que el temblor, que llegó a sentirse en provincias vecinas de Argentina, alcanzó una magnitud de 6,9 y agregó que se han registrado réplicas de menor envergadura. "Es muy posible que tengamos réplicas de este sismo y es muy posible, de acuerdo al instituto de sismología de la Universidad de Chile, que se sigan produciendo. Ellos estiman que este sismo está relacionado con el terremoto del 27 de febrero", dijo el presidente Sebastián Piñera. Es que los efectos que provocó aquel sismo en las placas Sudamericana y de Nazca aún persisten, debido a que el subsuelo del país no ha terminado de asentarse.

La gubernamental Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) descartó que hubiera muertos o heridos tras el nuevo sismo, que tampoco provocó daños en las minas o en las refinerías con operaciones en el lugar. "No hay reporte de personas heridas, no hay daños, solamente saturación de líneas telefónicas y cortes parciales de energía eléctrica", dijo Vicente Nuñez, director de la Onemi, quien admitió que se han registrado réplicas de menor envergadura.

Pese a la magnitud del temblor, "está totalmente descartado por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) cualquier posibilidad de tsunami en las costas de Chile", agregó el jefe de la Onemi en declaraciones a la prensa.

Chile fue azotado a fines de febrero del 2010 por un terremoto de magnitud 8,8, el quinto de mayor escala en la historia moderna, que fue seguido por varios tsunamis que dejaron más de 500 personas muertas y medio centenar de desaparecidos en la región del Maule y zonas aledañas.

De acuerdo con los organismos oficiales, la onda telúrica del sismo de ayer abarcó las regiones de O'Higgins y Maule, en el centro del país, y las sureñas del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.

Aunque la autoridad recalcó que se había descartado la alerta de tsunami, miles de personas del borde costero del sur del país subieron a los cerros ayer de manera preventiva, ante el temor a que se repitieran las devastadoras olas gigantescas que sacudieron a esa zona la madrugada del pasado 27 de febrero.

Según la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), 14 mil personas evacuaron sus casas en la localidad de Puerto Saavedra, 11 mil en Toltén, 15 mil en Teodoro Schmidt y 500 en Tirúa. Algunas playas del Biobío y regiones vecinas, atestadas de veraneantes, fueron evacuadas por las autoridades.