Francisco Everardo Oliveira Silva, más conocido como el payaso Tiririca, es uno de los aspirantes más polémicos de las elecciones de este domingo en Brasil. No solo porque las encuestas pronostican que será el candidato con mayor apoyo popular en el Congreso brasileño, sino porque al parecer es analfabeto.

La ley electoral prohíbe que analfabetos se presenten como candidatos a ocupar cargos públicos, por lo que varios políticos, alarmados con su apoyo popular, han reclamado a la Justicia que investigue si Tiririca, de 45 años, realmente sabe leer y escribir y, en consecuencia, si puede ser candidato o no.

El propio Tiririca, candidato a diputado por el Estado de Sao Paulo, comentó en un canal de televisión que no sabía leer ni escribir, pero no se sabe si eso es verdad o solo una estrategia para ganarse la simpatía de los votantes, que también deben escoger al nuevo presidente.

Tiririca, que significa "gruñón" en portugués coloquial, nació en 1965 en el estado nororiental de Ceará e hizo su carrera en el circo y la televisión. Con el eslogan "Vote por Tiririca. Peor de lo que estamos no vamos a estar", se presenta a la Cámara de Diputados por Sao Paulo en la lista del Partido de la República (PR).

El último sondeo elaborado por el instituto Datafloha otorga al candidato unos 900.000 sufragios. De confirmarse ese resultado, Tiririca no sólo conseguiría un escaño sino que se convertiría en el diputado con mayor apoyo en el país de los 513 que componen la Cámara, si se compara con los resultados obtenidos hace cuatro años por el candidato más votado, Paulo Maluf, con 739.000 votos.

Tiririca piensa presionar para la aprobación de proyectos que beneficien a la población del deprimido nordeste brasileño y defender a trabajadores de los abusos de sus empleadores.

Igualmente propone una ley de incentivos para los espectáculos circenses y promocionar las actividades culturales en los barrios de la periferia. También habla vagamente de luchar por la ampliación de programas sociales.

A tal punto ha llegado el fenómeno Tiririca, que desde el pasado 15 de agosto, según el proveedor de búsquedas en internet Google, el nombre del payaso fue más consultado que el de los candidatos presidenciales Dilma Rousseff, José Serra y Marina Silva.

Carente de cualquier tipo de experiencia política, Tiririca empezó a trabajar a los ocho años vendiendo dulces y comenzó su andadura en el mundo del espectáculo como payaso, equilibrista, malabarista y mago. Pero el infatigable payaso también compuso música en la década de 1990.

Tiririca no esconde su absoluta ignorancia sobre el funcionamiento de las instituciones del Estado. "¿Que qué hace un diputado federal? La verdad, no tengo ni idea, pero vote por mi y se lo cuento", reza otro de sus lemas electorales.

Con camiseta roja, una peluca rubio platino y un sombrero colorido, Tiririca apura los últimos días de campaña, recorriendo a pie o a bordo de un minibús las calles de los barrios más populares del lujoso Sao Paulo con la esperanza de conquistar el corazón del electorado.

Sin embargo, ahora el payaso tendrá que demostrarlo ante un tribunal que no es analfabeto. El fiscal estatal electoral, Pedro Barbosa, ha solicitado a la máxima corte electoral probar que Silva es letrado. "Dicha solicitud puede ser aprobada antes de las elecciones", dijo Barbosa. "Pero incluso si no lo es, y más tarde demuestra ser analfabeto, podría ser destituido de su cargo".

Pero Tiririca y otras tantas figuras con reconocimiento que se candidatean este domingo "son convocadas por los mismos líderes de los partidos políticos que saben que estos nuevos candidatos tienen una gran proximidad en la población y son los más capaces de atraer votos", interpretó el cientista político Gaudencio Torquato.