Un posible ajuste de cuentas familiar podría ser la causa de la tragedia registrada en las últimas horas en el centro de Virginia, donde un hombre armado mató a ocho personas y, después de varias horas, se entregó a la policía.

Los hechos están aún muy confusos. La policía investiga las posibles causas del tiroteo en el que, entre otras personas, el sospechoso podría haber acabado con la vida de su esposa y su hijo.

Christopher Bryan Speight, de 39 años, se entregó finalmente a la policía ayer tras encontrarse cercado por más de cien uniformados y de haber pasado la noche en una zona boscosa de las inmediaciones.

De momento, Speight se ganó un triste lugar en la historia trágica de Virginia, ya que se convirtió en el protagonista del peor incidente de violencia del estado desde que un estudiante de origen asiático matara a 32 personas y se suicidara en la Universidad Politécnica en el 2007.

Durante su huida, Speight, pertrechado con un chaleco antibalas, disparó a uno de los helicópteros que le perseguía y lo obligó a descender tras provocar un problema en el tanque de combustible. Nadie resultó herido.

El suceso se conoció el martes por la tarde después de que el departamento de policía del condado de Appomattox recibiera una llamada de emergencia alertando de que un hombre estaba herido en medio de una calle y necesitaba asistencia médica. Según explicó el portavoz de la policía del estado de Virginia, Tom Molnar, cuando los agentes acudieron al lugar fueron repelidos a balazos por el sospechoso antes de comenzar la persecución. No hubo heridos.

Siete de los ocho cadáveres fueron encontrados en la vivienda.