Una mujer fue hallada casi desangrada en una casa en el Reino Unido. La habían violado justo antes de dar a luz y abortó. "Cuando llegó la policía, la encontraron colgada: así era como la violaban y así fue como abortó. Estaba siendo violada mientras estaba pariendo. Estaba desangrada", contó a la BBC Yenny Aude, quien trabaja en una organización de ayuda a inmigrantes latinoamericanas en Reino Unido.

El caso fue reseñado este jueves por el medio británico, pero encarna una realidad aún más profunda: un lucrativo negocio que pasa por debajo de la mesa y genera ganancias de más de 39.000 millones de dólares, según cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés). Es la trata de personas latinas en Europa que tiene como principales víctimas a las mujeres.

El testimonio de algunas víctimas entrevistadas muestra que el denominador común de las mujeres latinoamericanas que migran a Europa es que, por miedo o temor a exponerse, se abstienen de denunciar a los agresores, no aparecen en las estadísticas oficiales porque ingresan al continente con pasaportes falsos y son rápidamente vulneradas por la precaria situación económica en la que quedan al salir de sus países de origen.

"Lo que vi ese día es una de las cosas más perturbadoras que he visto en toda mi vida", relató Yenny sobre el caso particular que trascendió ahora.  "El policía me dijo que habían encontrado a una mujer en una casa y que tenía heridas muy graves, que estaba muy maltratada". 

El agente señaló que era una persona que "estaba metida en la prostitución". "Está muy alterada, está gritando", señaló el funcionario. "Habla un idioma que no entendemos, quizás es portugués. ¿Pueden venir por favor?". Yenny, que trabajaba en una organización no gubernamental que apoya a mujeres latinoamericanas en Reino Unido, le pidió a una compañera de habla portuguesa que fuera con ella.

Cuando se acercaron a la mujer en la estación de policía, su compañera le dijo: "Não se preocupe, estamos aqui para te ajudar. Não tenha medo". La mujer, muy angustiada, dijo algo en español. "De inmediato le dije: 'Tranquila, tranquila. Te vamos a ayudar. No tengas miedo'", cuenta Yenny. La mujer había salido de Colombia rumbo a España con la intención de trabajar. Pero fue engañada y cuando llegó, le quitaron sus documentos y la forzaron a prostituirse por "unos años".

"Cuando hablé con ella la primera vez, le pregunté si sabía dónde estaba y me dijo: '¿En España?'. En ese momento no recordaba cómo la habían trasladado a Londres". La mujer fue llevada al refugio que LAWA tiene para latinoamericanas que son víctimas de violencia de género en Inglaterra. Es el único de su tipo en Europa.

Pasaron meses de terapias psicológicas y de mucho apoyo emocional para que esa joven de 26 años contara su historia. "Una cosa es forzarte a hacer trabajo sexual y otra cosa es la tortura. Ella había sido torturada", me dice Aude. La mujer dijo que fue llevada a varias casas pero que no sabía dónde estaban porque nunca la dejaban salir. Siempre la trasladaban en automóvil.

"Recordaba que en la última casa en la que la tuvieron, escuchaba gritos de mujeres en las otras habitaciones. No las conocía porque no las dejaban comunicarse entre sí. Cuando querían ir al baño, un miembro (de la red) las acompañaba porque no dejaban que hablaran entre sí", señala Aude. En esa casa, explicó la mujer, sus captores empezaron a sacar a las otras jóvenes, hasta que ella se quedó sola. Le siguieron metiendo hombres para abusar de ella, incluso mientras estaba embarazada.

Posteriormente, al conocer los detalles del caso, Aude supo que los vecinos habían denunciado que escuchaban gritos de una mujer y creían que venían de esa casa. Pero cuando la policía se acercaba, no se oía nada y cuando los agentes tocaban la puerta, nadie salía. Sin embargo, los gritos persistentes y desesperados de la mujer cuando fue violada mientras estaba en trabajo de parto y cuando perdió al bebé fueron los que finalmente llevaron a encontrarla.

Los datos

El más reciente informe de la Unodc, publicado el año pasado, muestra que menos de 5% de las víctimas que se van a Europa son detectadas por las autoridades, razón por la que se dificulta ponderar la magnitud del drama que viven mujeres provenientes de centro, Suramérica y el Caribe. Según Naciones Unidas, hay elementos diferenciadores entre el tráfico ilícito de inmigrantes y la trata de personas: las víctimas generalmente son llevadas bajo engaño, sometidas a algún tipo de explotación y no necesariamente cruzan fronteras. 

En Sur y Centroamérica, 57% de los casos reportados de trata son por explotación sexual. "Hay muy poca información en nuestros países. (Las mujeres) no se imaginan lo que les puede pasar. Yo era muy joven, no conocía nada, me dejé llevar por un sueño, una ilusión, por escapar de mi realidad (...) Es un tráfico del que no te das cuenta", narró la víctima, quien logró escapar de sus captores gracias a la ayuda de un tercero. 

Naciones Unidas estima que, entre 2012 y 2014, el delito de trata afectó a 63.251 personas, de las cuales 51% eran mujeres. De las 23.000 víctimas detectadas por explotación sexual, 96% eran de sexo femenino y buena parte de ese porcentaje provenía de Latinoamérica.