El gobierno italiano confirmó ayer que 1.214 de las 1.266 personas que fallecieron con resultados positivos del coronavirus Covid-19 eran mayores de 40 años y que tres de cada cuatro son hombres.
"Los datos de la mortalidad muestran que los pacientes fallecidos con coronavirus tienen más de 80 años, 80,3", planteó el presidente del Instituto de Sanidad, Silvio Brusaferro.
En ese marco, según el especialista, sólo dos de las personas fallecidas tenía menos de 40 años, aunque ambos revestían patologías previas que agravaron su situación.
Según Brusaferro, las mujeres que han fallecido son "sólo el 25,8% de los 1.266 casos totales".
El gobierno confirmó ayer que 250 personas positivas del coronavirus murieron en las últimas 24 horas, en lo que se convirtió en el mayor número de fallecidos en un día desde que entró la enfermedad. Desde la difusión de pandemia, casi 15.000 personas se han contagiado del virus en Italia, con más del 60% de los casos mortales registrados en la norteña región de Lombardía.
Ayer, en el segundo día de las medidas que disponen el cierre total de bares, restaurantes y locales comerciales en toda Italia, Roma seguía con los cambios drásticos en su fisonomía, a partir del cierre de sus más de 200 iglesias y los cada vez menos turistas en sus calles.
Sólo farmacias, quioscos y supermercados se mantienen abiertos al público, aunque las góndolas de los alimentos no perecederos muestran faltantes en varios productos de conservación prolongada, según constató Télam.
Así se vio por ejemplo en la sucursal del céntrico Trastevere de la cadena Conad, donde conservas y arroz encabezan los espacios vacíos en los puntos de venta.
A pocas cuadras, en el Carrefour de Via delle Fornaci, una de las calles que desemboca en la Plaza San Pedro, ya es difícil encontrar más de la mitad de las más de 20 variedades de pasta seca que se encuentran habitualmente.
Los supermercados y los pocos rubros que pueden abrir aplican con rigurosidad las distancias mínimas de un metro entre personas: en el Agora de Via Gregorio VII, a cuadras de la residencia papal de Casa Santa Marta, trazos de cinta negra en el piso muestran las ubicaciones que deben tener las personas que hacen fila en las cajas.
Las largas filas fuera de los supermercados y farmacias contrastan con el vacío total de las iglesias de la capital italiana, que desde ayer tienen la recomendación de cerrar sus puertas al público y fieles hasta el 3 de abril.
Otro rubro que permanece abierto es el de los quioscos de diarios y revistas, a los que el subsecretario de gobierno para la información, Andrea Martella, definió como "fundamentales para hacer frente a las fake news".
"Los diarios son una brújula para salir de esta situación y tienen un rol esencial, por eso no se cierran", agregó en declaraciones a Télam.
Aunque, como el resto, cumplen de forma estricta con las medidas: distancia mínima de un metro y máximo de tres personas.
Sólo dos de los 1.266 fallecidos hasta ahora son menores de 40 años. Ayer fue el peor día con 250 muertos.
Llegó ayuda china
Italia inició ayer una colaboración con un grupo de 9 expertos enviados por China para ayudar a combatir la propagación del virus. Además, Beijing envió unas 30 toneladas de material médico para sostener la lucha contra la enfermedades, explicó en sus redes sociales la embajada en Roma.
> España, desborde y bajo "estado de alarma"

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció ayer la declaración de "estado de alarma" en España a partir de hoy y durante 15 días ante la pandemia de coronavirus, dando un salto en la gestión de la crisis sanitaria tras casi dos semanas de políticas de contención gradual que no evitaron el aumento de los contagios y las muertes.
El alcance de la medida de excepción se conocerá cuando se apruebe hoy por decreto, aunque el presidente catalán, Quim Torra, anunció anoche el cierre total de Cataluña, mientras la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, dijo que estaba a la espera de Sánchez por no tener competencias para poner en marcha el confinamiento.
En el último día la crisis se desbordó con más de 1.200 nuevos contagios, lo que elevó la cifra total de personas afectadas por el Covid-19 en España a 4.231, mientras las víctima fatales ascendieron a 121.
La epidemia está cambiando de forma abrupta la dinámica de un país que es destino de millones de turistas de todo el mundo y cuyos ciudadanos están acostumbrados a una vida cultural intensa y en las calles.
El coronavirus golpeó también al gobierno, con dos contagios confirmados entre sus miembros, obligó a suspender la actividad el Parlamento, y puso en alerta a los reyes, que se sometieron a pruebas y dieron negativo.
A pesar de la resistencia de los ciudadanos a abandonar sus actividades cotidianas y a la psicosis que llevó al desabastecimiento de algunos supermercados, la mayor preocupación de las autoridades sigue siendo contener cuanto antes el avance del virus para evitar que se colapse aún más el sistema sanitario.
El rápido contagio saturó ya a los hospitales de la Comunidad de Madrid, la región con más casos, cuyas autoridades ordenaron el cierre de todos los comercios menos farmacias, supermercados y quioscos.
El gobierno del norteño País Vasco, la segunda zona con mayor incidencia del virus, declaró "emergencia sanitaria".
Los responsables políticos de otras regiones menos afectadas presionan para que el Ejecutivo central ordenen el confinamiento de la población, al no conseguir frenar los contagios, y ante los desplazamiento que se están produciendo de las zonas de transmisión alta a otras menos comprometidas.

