Con fuerte discurso nacionalista y populista, el empresario y magnate republicano Donald Trump, de 70 años, se convirtió ayer en el presidente número 45 de EEUU, luego de prestar juramento en la ceremonia oficial de investidura en las escalinatas del Capitolio a las 12 en punto hora local.

Trump pintó un panorama sombrío de su país que, según dijo, está devastado por el desempleo, el crimen y las drogas, al tiempo que apuntó indirectamente contra sus predecesores por medidas que habrían favorecido a la elite política a costa de familias en problemas y se puso como garante para cambiar el rumbo. 

‘El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en el que pueblo de Estados Unidos recuperó el poder‘, aseveró Trump en su breve discurso pronunciado bajo una leve lluvia y en medio de los aplausos del poco público que asistió a la ceremonia. 

‘Nosotros, los ciudadanos de Estados Unidos, estamos unidos en un gran esfuerzo nacional para reconstruir nuestro país y restaurar su promesa para todo su pueblo. Juntos, determinaremos el rumbo de Estados Unidos y de todo el mundo durante muchos, muchos años por venir‘, agregó Trump.

Asimismo, destacó que su gobierno ‘erradicará al terrorismo radical islámico‘. ‘Reforzaremos viejas alianzas y formaremos nuevas. Y uniremos el mundo civilizado contra el terrorismo radical islámico, al que erradicaremos completamente de la faz de la tierra‘, sostuvo durante su discurso.

Otra frase que reafirmó su idea de gobernar fronteras adentro, Trump dijo que Estados Unidos había enriquecido a las industrias extranjeras a costa de las empresas del país, que había subsidiado a los ejércitos de otras naciones y que había gastado billones de dólares en el extranjero mientras la infraestructura local sufría.

Poco después de que el magnate comenzara a hablar, muchos de los asistentes al acto comenzaron a abandonar el lugar acobardados por el clima y desalentados por los problemas de sonido que imposibilitaron escuchar las palabras del flamante presidente, según pudo comprobar la enviada especial de Télam a Washington.

Una pareja de alrededor de 60 años se retiró porque el discurso ‘no se escuchaba‘ y además estaba ‘goteando‘, mientras que unos jóvenes veinteañeros abandonaron el lugar porque ya habían podido presenciar una parte del acto y querían ‘tomar el metro antes de que se llene de gente‘. 

Trump llegó al Congreso alrededor de las 11.40. Visiblemente nervioso, bajó las escalinatas del Capitolio, saludó al público con su habitual pulgar arriba y luego se acercó a los ya exinquilinos de la Casa Blanca Barack y Michelle Obama, antes de ubicarse en su asiento, en la fila de la derecha, junto a su esposa, Melania. La exmodelo eslovena, bautizada Melanija Knavs, es la primera dama extranjera que pisa la Casa Blanca.

Antes de la entrada triunfal de Trump, ingresó Obama, sonriente. Luego de saludar se ubicó en la primera fila de la izquierda, delante de su esposa, y de algunas caras conocidas, como la del expresidente republicano George W. Bush, el demócrata Bill Clinton y su esposa, Hillary, derrotada por Trump.

El senador republicano por Missouri, Roy Blunt, abrió la ceremonia con un discurso en el que hizo una repaso de traspasos anteriores. A las 12 en punto (las 14 de Argentina), Trump juró, ante el presidente de la Corte Suprema, juez John G. Roberts, ‘preservar, proteger y defender la Constitución de Estados Unidos‘. ‘Dios, ayúdame‘, exclamó Trump al término del juramento tras lo cual se lanzó a los brazos del clan Trump, esposa e hijos que fueron protagonistas de la ceremonia.

Más tarde y mientras continuaban las violentas protestas en el corazón de Washington por su asunción, Trump presidió el tradicional desfile que le llevó hasta la Casa Blanca. Ahí se animó y recorrió a pie, saludando a todos, buena parte del trayecto.