El conflicto bilateral recrudece hora a hora. En su primera semana de mandato, el flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llevó las relaciones bilaterales con México a su punto más bajo. Ayer, el jefe de Estado mexicano, Enrique Peña Nieto, canceló su visita oficial a la Casa Blanca prevista para el martes próximo después de que el magnate confirmara que construirá un muro a lo largo de toda la frontera que divide ambos países. Hoy, el mandatario volvió a subir el tono en la confrontación con su vecino del sur.

"México ya se ha aprovechado de Estados Unidos por mucho tiempo. Los déficits comerciales masivos y la poca ayuda en una frontera muy débil deberán cambiar ¡AHORA!'', escribió desde su cuenta de Twitter privada el mandatario.

El presidente de México canceló una su primera visita oficial a la Casa Blanca de Trump luego de que el mandatario estadounidense firmara una orden para que comenzara la construcción de su prometido muro fronterizo entre Estados Unidos y México, e insistiera en que México deberá afrontar el costo, estimado entre 12.000 y 15.000 millones de dólares.

Trump también ordenó recortes a las subvenciones federales para las "ciudades santuario" que protegen a los inmigrantes y un aumento en el número de agentes de la patrulla fronteriza y oficiales de inmigración, a la espera del financiamiento correspondiente del Congreso.

El canciller mexicano, Luis Videgaray, que se encontraba de visita en la capital estadounidense, reiteró anoche que pagar el muro es algo que su país no puede aceptar por "dignidad".

La polémica adquirió ayer un nuevo giro cuando el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, sugirió como posibilidad para financiar la construcción imponer un arancel del 20% a las importaciones procedentes de México.

Videgaray replicó en rueda de prensa desde la embajada mexicana en Washington que "un impuesto a las importaciones de Estados Unidos a productos mexicanos no es manera de hacer que México pague por el muro, sino el consumidor norteamericano, que pagaría más caros las paltas, las lavadoras, las televisiones".

Fuente: La Nación