El precandidato republicano Donald Trump desecha con una sonrisa las acusaciones de que es un mentiroso patológico, pero su frecuente afirmación de que los hispanos lo aman podría ser señalada como la madre de todos los disparates. Aunque casi todos los políticos exageran o minimizan la verdad según más les convenga, Trump ha sido objeto de duras críticas en días recientes por hacer afirmaciones que no tienen nada que ver con la realidad.

Un estudio publicado por la influyente revista Politico, que revisó los discursos de Trump durante una semana, encontró que el candidato republicano hizo un promedio de una declaración errónea cada cinco minutos. “Sus declaraciones son una extraordinaria mezcla de afirmaciones inexactas sobre política doméstica y exterior, y alardes profesionales que rara vez pueden ser confirmados con fuentes primarias”, dijo la revista.

Por ejemplo, Trump afirma constantemente que Estados Unidos tiene un déficit comercial anual de 500,000 millones de dólares con China, y que los inmigrantes indocumentados mexicanos están inundando Estados Unidos. De hecho, las cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos muestran que el déficit comercial estadounidense con China es mucho menor, y que la inmigración de México no solo ha dejado de aumentar, sino que ha disminuido en los últimos seis años.

PolitiFact, un medio dedicado a comprobar lo dicho por los políticos, concluyó recientemente que el 76 por ciento de las declaraciones de Trump son erróneas o totalmente falsas. La semana pasada, el candidato demócrata Bernie Sanders llamó a Trump “ mentiroso patológico”. Pero una de las declaraciones más disparatadas de Trump es su afirmación “los hispanos me aman”, a pesar de haber dicho que la mayoría de los inmigrantes mexicanos son gente mala, sus llamados a deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados, y su campaña para construir un muro a lo largo de la frontera con México.

De hecho, una nueva encuesta de Gallup muestra que sólo el 12 por ciento de los hispanos estadounidenses tienen una opinión favorable de Trump, mientras que el 77 por ciento tiene una opinión desfavorable. En comparación, el 59 por ciento de los hispanos tiene una opinión favorable de la candidata demócrata Hillary Clinton. Las encuestas de salida en la primaria republicana del martes en Florida, que ganó Trump por amplio margen, muestran que Trump ganó en todo el estado gracias a los votantes anglosajones. Perdió, sin embargo, en el Miami hispano, donde hay un fuerte bloque de votantes hispanos y resultó ganador el senador Marco Rubio.

Los hispanos representaban sólo un 17 por ciento de los votantes en las elecciones primarias republicanas de la Florida. De ese porcentaje a nivel estatal, el 52 por ciento de los votos fue para Rubio, y sólo el 27 por ciento para Trump, según las encuestas de salida. “Donald Trump es el candidato menos popular de la historia moderna de Estados Unidos entre los votantes latinos”, dice Frank Sharry, director de la Voz de América, una organización pro-inmigración con sede en Washington D.C. Y agregó, “recuerden que estamos hablando de una elección general donde los republicanos necesitarán entre el 42 y el 47 por ciento del voto latino para ganar”.

El encuestador demócrata Fernán Amandi, de la firma Bendixen & Amandi, me dijo que “el Partido Republicano sigue teniendo un problema con los hispanos, y ese problema se llama Donald Trump”. Mi opinión: La afirmación de Trump de que “los hispanos me aman” es un buen ejemplo de su hábito de distorsionar los hechos y repetir falsedades con total desfachatez.

Pero lo más preocupante es que probablemente Trump sepa muy bien que los hispanos no lo quieren, y que haya decidido tratar de ganar sin el voto hispano. Puede que, para ello, trate de atraer a un gran número de votantes blancos que no han votado en el pasado, y que podrían ser convencidos con un mensaje xenófobo.

Si se convierte en el candidato republicano, Trump tendrá que decidir si desea hacer las paces con los latinos, o concentrar sus energías en atraer a ese electorado de nuevos votantes descontentos, elevando su retórica contra los mexicanos y todos los hispanos. Hay un peligro real de que escoja hacer lo último.