El jefe de Estado de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, consiguió su objetivo de asumir todo el poder ejecutivo del país, al ganar ayer por mayoría absoluta las elecciones presidenciales anticipadas.

Con el 90 por ciento de los votos escrutados, el político revalida su mandato con un 53 por ciento de los apoyos, muy cercano al porcentaje que obtuvo en 2014 cuando accedió al cargo, según la agencia semipública Anadolu.

La oposición no está de acuerdo con el resultado del escrutinio, a su juicio manipulado, y asegura que Erdogan quedará al final por debajo del 50 por ciento, lo que haría necesaria una segunda vuelta el próximo 8 de julio. A partir de ahora, Erdogan no solo será el jefe del Estado, sino también el del Gobierno, ya que con estos comicios entra plenamente en vigor la reforma constitucional de 2017, con la que se ha abolido la figura del primer ministro. Ostenta así prácticamente todos los poderes en la República, dado que tiene, además, potestad de nombrar a gran parte de la cúpula de la Judicatura.