Israel formó ayer un Gobierno de unidad en plena emergencia, mientras mantenía un feroz bombardeo en la Franja de Gaza para neutralizar a Hamás y desplegaba sus fuerzas armadas al norte del enclave palestino donde algunos militantes continuaban luchando tras el sangriento asalto iniciado el fin de semana por los terroristas.

Pero la noticia que más expectativa generaba en las últimas horas de ayer eran las negociaciones del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, con Hamás para lograr la liberación de los rehenes israelíes capturados durante la ofensiva de la milicia del movimiento islamista palestino, que los llevó a la Franja de Gaza.

"Están negociando para obtener la liberación de los rehenes", informó la televisora privada Habertürk. Se calcula que hay más de 130 capturados por Hamás -entre militares y civiles- que fueron llevados como rehenes a la Franja de Gaza, muchos de ellos mujeres y niños. Entre los cautivos hay jóvenes secuestrados cuando participaban en un festival musical el sábado por la mañana, donde unas 260 personas fueron masacradas.

El grupo islamista amenazó el martes con ejecutar a los rehenes sin previo aviso en caso de que prosigan los bombardeos a Gaza.

El anuncio de Turquía se produjo cinco días después de que el movimiento palestino Hamás lanzara un ataque sin precedentes por tierra, mar y aire contra Israel, que llevó a que el primer ministro Benjamín Netanyahu declarara que el país está "en guerra".

En respuesta al sorpresivo ataque de Hamás, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) pusieron en marcha la operación Espadas de Hierro y lanzaron una serie de bombardeos contra la Franja, gobernada desde 2007 por el movimiento islamista palestino. Según los últimos datos oficiales, la escalada de violencia ha causado unos 1.200 muertos y más de 2.700 heridos en Israel, así como unos 1.100 y 5.339, respectivamente, en Gaza. En la Franja unos 535 edificios residenciales han sido destruidos, dejando a unas 250.000 personas sin hogar.

La mayoría de los desplazados se encontraban en refugios designados por las Naciones Unidas, mientras otros residentes se apiñaban sobre calles destrozadas.

El Ejército israelí dijo que decenas de sus aviones de combate atacaron por la madrugada más de 200 objetivos en un barrio de la ciudad de Gaza que, según dijo, había sido utilizado por Hamás para lanzar sus proyectiles.

"Comenzamos la ofensiva desde el aire, más tarde también llegaremos por tierra", dijo el martes el ministro de Defensa, Yoav Gallant, a soldados cerca de la valla fronteriza.

Israel ha puesto a Gaza bajo un "bloqueo total" para impedir que lleguen alimentos y combustible al enclave de 2,3 millones de personas, muchas de ellas pobres y dependientes de ayuda externa. Medios controlados por Hamás dijeron ayer que los servicios de electricidad quedaron suspendidos después de que la única central eléctrica dejó de funcionar.