Amsterdam, 30 de abril.- Un auto se dirigió hoy a toda velocidad hacia un colectivo abierto en el que viajaba la reina Beatriz de Holanda y su familia durante un desfile, embistió a una multitud de espectadores y mató a cuatro personas.

La televisión mostró imágenes de una horrorizada princesa Máxima parada delante de su asiento en la parte superior del ómnibus con su boca tapada con una de sus manos en señal de profunda consternación por el incidente.

Un fiscal dijo creer que el hecho, ocurrido en la ciudad de Apeldoorn, fue deliberado, pero no un acto de terrorismo, aunque no precisó los motivos del conductor del vehículo ni si la popular reina podría haber sido su blanco.

Fuentes judiciales dijeron que el hombre era un holandés de 38 años, blanco sin antecedentes policiales ni de enfermedad mental, pero no quisieron revelar su identidad. El auto negro dio la impresión de encaminarse a toda velocidad en dirección al colectivo de la reina y pasó a unos metros del vehículo antes de incrustarse contra un monumento de piedra.

Varias personas fueron vistas volar por los aires luego de que el auto pasó a través de un enrejado policial, detrás el cual una apretada multitud de hasta cinco o seis personas de fondo miraba pasar a la familia real en la festividad del Día de la Reina.

No quedó claro cómo hizo el auto para ingresar al área del desfile, que la policía había sellado horas antes.

Agentes de policías sacaron a un hombre del auto y lo pusieron en una ambulancia, mientras otros colegas asistían a espectadores mientras esperaban su trasladado a un hospital, informó la agencia de noticias Europa Press.

"A partir de contactos iniciales con la policía antes de que el sospechoso fue sacado del auto, tenemos razones para creer que fue una acción deliberada", dijo el fiscal Ludo Goossens a periodistas en Apeldoorn.

El procurador agregó que cuatro personas murieron y otras 13 resultaron heridas en el hecho.

Poco después del incidente, investigadores con un perro adiestrado inspeccionaron el auto en busca de explosivos, y luego aserraron el techo del auto para un examen más profundo.

Imágenes televisivas mostraron al príncipe heredero Alexander y a su mujer, la princesa Máxima, parados delante de sus asientos en la parte superior del ómnibus con rostros sorprendidos.

Máxima tapó su boca con una mano en señal de horror.

El colectivo no fue chocado y no hubo heridos en el entorno de la reina. Un policía se salvó de resultar herido al saltar de su bicicleta para evitar ser impactado. El alcalde de Apeldoorn, Fred de Graaf, dijo que todas las festividades por el Día de la Reina fueron canceladas.

"El miedo y las imágenes que vio la familia son las razones para suspender el programa oficial en la ciudad", dijo De Graaf.

Las celebraciones del feriado también fueron canceladas en Rotterdam, y se esperaban otras suspensiones en todo el país.

Cientos de miles de holandeses atestaron las calles de las principales ciudades anoche y esta mañana para celebrar la fiesta nacional, que en sus orígenes conmemoraba el cumpleaños de la madre de Beatriz, la reina Juliana.

Es tradición que la familia real pase el día en alguna pequeña localidad holandesa.