Benedicto XVI pisó ayer por segunda vez una mezquita, vio la Tierra Prometida desde el Monte Nebo, como Moisés, y denunció que "la manipulación ideológica de la religión, quizá por motivos políticos, es el catalizador real de las tensiones y divisiones, y a menudo de la violencia en la sociedad".

El Papa denunció "una manipulación ideológica de la religión, quizá por motivos políticos" en el discurso que pronunció en el exterior de la mezquita Al Husein Bin Tallal, de Ammán, ante el príncipe Ghazi Bin Talal, primo del rey Abdalá II de Jordania y su consejero para asuntos religiosos, los jefes religiosos musulmanes y el cuerpo diplomático.

Ghazi Bin Tal es el promotor de la carta que en octubre de 2007 enviaron a Benedicto XVI 138 sabios musulmanes, en la que afirmaron que el futuro del mundo depende de la paz entre musulmanes y cristianos.

El Papa expresó su "preocupación" por el hecho de que actualmente muchos consideran que la religión ha fracasado en su pretensión de ser constructora de unidad y de armonía y que algunos "sostienen que la religión es una causa de división en el mundo y que por ello cuanto menor atención se le de en la vida pública mejor es".

"Por supuesto que no se pueden negar las tensiones y divisiones entre los seguidores de diferentes religiones, por desgracia eso no se puede negar. Pero sin embargo también se da el caso de que muchas veces la manipulación ideológica de la religión, tal vez por motivos políticos, es el catalizador real de las tensiones y de las divisiones y a menudo de la violencia en la sociedad", afirmó el Papa.

En un país de mayoría musulmana, Benedicto XVI reiteró el derecho de la libertad religiosa, que dijo que va "más allá de la cuestiones de culto" y que incluye el derecho "especialmente para las minorías de acceso ecuánime al mercado del trabajo y a las otras esferas de la vida civil".

El príncipe Ghazi Bin Talal, calificó la visita de Benedicto XVI a la mezquita como "histórica", como un gesto de buena voluntad y respeto recíproco entre las dos más grandes religiones del planeta, a las que pertenecen, en total, el 55%

de sus habitantes.

Las relaciones entre el Vaticano y el mundo musulmán atravesaron en septiembre de 2006 unos momentos difíciles después de que Benedicto XVI pronunciara en la universidad de Ratisbona (Alemania) una lección magistral en la que hablaba de Mahoma, considerada "ofensiva" por los musulmanes y que desató las iras de los seguidores del Profeta.

El Papa también recorrió ayer los pasos de Moisés, visitando la montaña donde la Biblia dice que el antiguo profeta observó la Tierra Prometida antes de morir. Desde lo alto del Monte Nebo, el pontífice de 82 años observó el horizonte sobre el Río Jordán hacia Jericó y las colinas de Jerusalén, con el Mar Muerto cubierto por una neblina a la izquierda del paisaje.