Euforia total. Sebastián Piñera saluda a los militantes junto a su esposa Cecilia Morel. Antes, el presidente electo habló por teléfono con Bachelet para intercambiar elogios y poner hora al tradicional desayuno que hoy compartirán.

El multimillonario empresario conservador Sebastián Piñera ganó ayer el balotaje presidencial de Chile con una sorpresiva ventaja, que da un fuerte y sólido espaldarazo a su plan de corregir reformas progresistas de la centroizquierda y de acelerar la economía para dejar al país más estable de Latinoamérica al borde del desarrollo.

Piñera obtuvo un 54,57% de los votos con casi la totalidad del escrutinio terminado, poco más de 9 puntos por arriba de su rival de centroizquierda, el senador oficialista Alejandro Guillier.

La diferencia fue mayor de lo que esperaban los expertos y los propios equipos de campaña, y un testimonio del sentir de los chilenos sobre la gestión de la mandataria socialista, Michelle Bachelet, que buscó reducir la brecha de ingresos entre ricos y pobres con varias reformas pero los desacuerdos dentro de una desgastada coalición y el débil desempeño de la economía acabaron ensombreciendo su legado.

"Fue una derrota dura", reconoció Guillier después de felicitar a su rival por su "impecable y macizo triunfo". Piñera, quien estudio en Harvard, aseguró durante la reñida campaña electoral que corregirá las polémicas reformas tributarias y sociales impulsadas por Bachelet, que a su juicio arrastraron a la economía a su peor momento en casi una década.

Piñera, que gobernó entre 2010 y 2014, es partidario de mantener el actual modelo económico de libre mercado y ha prometido acelerar el crecimiento económico y corregir algunas de las reformas impulsadas por su predecesora como la tributaria.

Entre sus propuesta sobresale la reforma previsional, un tema que tiene su correlato inmediato en Argentina y Brasil pero que inquieta a toda Europa y hasta China. Todos apuntan a una reforma que dé previsibilidad al sistema frente a la amenaza de desfinanciamiento, y la mayoría de las iniciativas incluye retrasar la edad jubilatoria.

Para el caso concreto de Chile, Piñera propone perfeccionar la reforma de pensiones enviada al Congreso por Bachelet e incluir a nuevos actores como compañías de seguros. También apoyaría la creación de AFP Estatal. A diferencia del proyecto actual, que considera elevar la cotización del 10 al 15% con cargo al empleador (3% a aporte solidario y 2% a cuenta individual), Piñera busca un alza al 14% y que todo sea destinado al ahorro del trabajador. También propone nuevos subsidios a la clase media, mujeres e incentivos para postergar edad de jubilación.

"Yo voté por Piñera, porque soy emprendedora, soy de la gente que me valgo de mi esfuerzo, no estoy esperando nada del gobierno. Pienso que va a ser bueno para la inversión", dijo Rosario Poma, una pequeña empresaria de 53 años, en Santiago.

El hábil hombre de negocios de 68 años, el primer político de derecha en ocho décadas en ganar la presidencia de Chile por segunda vez, ahora busca encabezar el repunte de la economía, especialmente de la inversión. En plena campaña, Piñera dijo a Reuters que no descartaba una eventual rebaja de impuestos a las empresas para estimular la actividad. Con ello, pretende reforzar su plan de duplicar el crecimiento de la economía del mayor productor mundial de cobre y dejar a la nación a las puertas del desarrollo, como se comprometió en su programa de Gobierno.

El historial curioso del nuevo presidente

 

Sebastián Piñera, que ya gobernó el país entre 2010 y 2014, se convierte en el próximo presidente de Chile para el período 2018-2022, sucediendo por segunda vez en la historia a Michelle Bachelet. Será la tercera vez que se traspasarán el mando entre sí. Bachelet le entregó el mando a Piñera en 2010, luego recibió los atributos de manos de éste, en 2014, y ahora se los devolverá. Pero no es el único dato curioso que se anota el empresario.

Piñera logró en Chile lo que ningún otro conservador había conseguido en ocho décadas: volver a la presidencia. Con su victoria de ayer, Piñera renovó su logro de ser el único representante de la centroderecha en acceder a La Moneda por la vía democrática en más de medio siglo y se convirtió en el segundo presidente de Chile reelecto desde la recuperación de la democracia, en 1990. Antes, fue reelecta Michelle Bachellet. Otro logro de Piñera es que obtuvo la primera minoría en ambas cámaras del parlamento en las elecciones del 19 de noviembre (la primera vuelta), lo que le permitirá al presidente electo asumir el 11 de marzo con predominio parlamentario ante una oposición fragmentada.