Un cura portugués, Antonio Teixeira, será juzgado a partir del 15 de septiembre por el desvío de miles de euros de limosna y de las cuentas bancarias de la parroquia de Nossa Senhora dos Remedios de Carcavelos y la parroquia del Santo Condestável de Lisboa.

Según indicó el diario Correio da Manhã el sacerdote de 54 años que estuvo cercano al presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, es sospechoso de haberse quedado con el dinero entregado por los fieles a las dos parroquias, que habría usado, entre otras cosas, para comprarse 19 autos, entre ellos dos Volkwagen y tres Mercedes.

Uno de los coches adquiridos por “Padre Tó”, que cobraba 820 euros mensuales netos, era un Mercedes clase A de 36.000 euros, indicó el diario Jornal de Noticias.

Teixeira, también está acusado de haber vendido a anticuarios de Lisboa unas 20 piezas de arte sacro de las parroquias que tenía a su cargo, como un cáliz adornado con zafiros, rubíes y esmeraldas, mobiliario eclesiástico, o crucifijos en plata o marfil, así como varias imágenes del siglo XVII. La venta de algunos de estos artículos necesitaba la autorización del Vaticano, lo que no habría sucedido.

Según la Justicia portuguesa, el clérigo justificó los gastos y la supuesta malversación de dinero y arte religioso como acciones de gestión necesarias para las parroquias que tenía a su cargo.

El fiscal cree que el cura compró los autos para ocultar el origen del dinero. “El imputado sabía que los múltiples movimientos bancarios y la emisión de cheques, haciendo rotar el dinero por varias cuentas, dificultaba seguir su camino”, indicó la fiscalía.

Según informa el Ministerio Público Fiscal de Portugal, el daño económico que Teixeira causó a la Iglesia alcanza los 420 mil euros.

El caso, que estalló en 2018, salpicó hasta el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que estuvo durante años cercano a Teixeira y hasta escribió el prólogo de «Palavras da Palavra» («Palabras de la Palabra»), el cuarto libro de homilías escrito por el párroco.

Irónicamente, en la presentación de la obra, el eclesiástico defendió una Iglesia modesta “que no busque honras ni privilegios” y que se deba a sus fieles.

“Estoy sorprendido y consternado. No esperaba esto de una persona que conocía desde hace tanto tiempo. No corresponde a la idea que yo tenía de él”, dijo entonces Rebelo de Sousa cuando se enteró de la malversación.

Fuente: TN