Líderes de los partidos de Gobierno y oposición exigieron un presupuesto de emergencia para financiar las obras de reconstrucción después de que el primer ministro Naoto Kan los llamó a "salvar al país", dijo la agencia de noticias Kyodo.

El Banco de Japón, que ha estado luchando por impulsar a la anémica economía, dijo que haría su máximo esfuerzo por asegurar la estabilidad del mercado financiero, mientras aviones de la Fuerza Aérea volaban por la costa noreste del país para evaluar los daños del peor sismo que remece al país en 140 años.

El terremoto de magnitud 8,9 provocó un desplome de la bolsa japonesa y, de paso, llevó a las acciones globales a su menor nivel en casi seis semanas.

Varios aeropuertos, como el Narita de Tokio, permanecían cerrados y los ferrocarriles no operaban. Todos los puertos del país estaban cerrados. El gigante de la electrónica Sony Corp, uno de los mayores exportadores de la nación, cerró seis fábricas, reportó Kyodo.

"Hay fábricas de autos y semiconductores en el norte de Japón, por tanto habrá algo de impacto económico debido al daño a las fábricas", explicó Yasuo Yamamoto, economista de Mizuho Research Institute en Tokio.

Miyagi y sus zonas circundantes incluyen grandes zonas industriales y de manufacturas, con muchas plantas de químicos y electrónicos.

Miyagi, la región más afectada por el sismo, representa cerca del 1,7% del Producto Interno Bruto de Japón.

"Hay dos preocupaciones básicas relativas a la economía. La primera es que el frágil ciclo económico no está en posición de resistir un trastorno significativo", agregó Macquarie en una nota.

"La segunda es que la combinación de una economía más floja y la tensión adicional sobre las finanzas públicas pondrá una presión al alza sobre los rendimientos de los bonos", agregó.

Toyota Motor Corp dijo que había paralizado la producción en una fábrica de partes y dos plantas de ensamblaje en el área, mientras que Nissan Motor Co, la segunda mayor automotriz del país, detuvo cuatro plantas, reportaron medios. Mitsui Mining y Mitsubishi Material detuvieron las operaciones de sus fundiciones de zinc y cobre en la región.



Tiemblan los mercados

El terremoto ocurrió en momentos en que la tercera economía del mundo estaba mostrando señales de revivir tras la contracción del último trimestre del año pasado. El desastre generó presunciones de que muchas empresas clave sufran grandes trastornos, al menos en el corto plazo.

El yen cayó hasta un 0,3 % frente al dólar, antes de recuperarse, mientras que los futuros de acciones del

índice Nikkei se hundieron hasta casi un 5%.

El desastre también afectó a los mercados del mundo, con un derrumbe de los papeles de las empresas de seguros europeas.

Los títulos de reaseguradoras como Swiss Re, Hannover Re y Munich Re perdían más del 4%.

Las acciones globales medidas por el índice retrocedían un 0,4% hasta su menor nivel desde fines de enero.

Dos personas murieron por el colapso de un techo de una fábrica de Honda Motor Co en la Prefectura de Tochigi, al norte de Tokio,

El sismo se sintió poco antes de que la bolsa de Tokio cerrara, por lo que los precios no incorporaron completamente la dimensión del desastre.

"Las acciones probablemente caerán el lunes, especialmente en aquellas compañías que tiene fábricas en las áreas afectadas, pero al final la corriente vendedora probablemente será corta", comentó Mitsuhsige Akino, administrador de fondos de Ichiyoshi Investment Management.