Uno de los grandes interrogantes en torno a la infección por coronavirus es saber cuál es la duración de los anticuerpos que desarrolla una persona tras superar la enfermedad. Por eso se realizó un estudio en Islandia que confirmó que la inmunidad dura como mínimo cuatro meses, lo cual reabre la esperanza sobre la utilidad de una vacuna contra el SARS-CoV-2.

Algunos estudios habían indicado que los anticuerpos duraban pocas semanas, hasta un máximo de 12 meses, lo cual hacía que las reinfecciones representaran la amenaza de una temporada eterna de Covid-19, pero el trabajo realizado sobre 30.000 personas demostró una protección de un plazo superior.

A diferencia de las investigaciones anteriores, que observaron a las personas durante 28 días, esta los siguió durante cuatro meses y halló que, entre uno y dos meses después de la infección, el cuerpo produce una segunda serie de anticuerpos que podrían brindar una protección más duradera.

"Las infecciones y las vacunas generan dos olas de anticuerpos. La primera ola se debe a células de plasma de poca duración, destinadas a poblar la circulación del sistema, que mengua rápidamente una vez superada la infección aguda. La segunda ola se genera a partir de una cantidad menor de células de plasma de mayor duración, que brindan una inmunidad perdurable", explicaron los médicos Galit Alter y Robert Seder.

Si se encontrase una vacuna que generara anticuerpos similarmente duraderos, “habría esperanza de que la inmunidad del huésped de este virus impredecible y altamente contagioso no fuera fugaz y resultara similar a aquella que producen la mayoría de las demás infecciones virales”, escribieron Alter y Seder en su comentario al estudio.