Tal como se esperaba, el papa Francisco realizó ayer el cambio más significativo de su pontificado hasta el momento, al elegir a un veterano diplomático como su secretario de Estado, el primer ministro de Vaticano y asesor jefe, un puesto que a menudo se denomina ‘vicepapa‘ o ‘el número 2 del Vaticano‘.
El nombramiento del arzobispo Pietro Parolin pone fin a la era del todopoderoso y controvertido cardenal Tarciscio Bertone, de 79 años, que dejará de ser el hombre más influyente del Vaticano y mano derecha del Papa tras 7 años de una gestión muy cuestionada. A él se atribuye en gran medida el no haber sabido evitar los escándalos éticos y financieros que marcaron los ocho años de pontificado de Benedicto XVI, que renunció en febrero.
Cada papa suele nombrar tras su elección a un nuevo Secretario de Estado, su ‘primer ministro‘, por lo que la sustitución de Bertone no es una sorpresa pero llega cargada de expectativas.
Parolin, un italiano de 58 años, es actualmente el nuncio (embajador) en Venezuela y fue viceministro de Exteriores del Vaticano durante siete años hasta 2009.
La elección del Papa de su secretario de Estado es importante porque marca el tono de la administración central del Vaticano, conocida como la Curia, además de las misiones diplomáticas del Vaticano en el mundo.
Uno de los escándalos más perjudiciales que ha sacudido el Vaticano bajo el mando de Bertone fue ‘Vatileaks‘, cuando el mayordomo del entonces Papa robó documentos sensibles sobre una supuesta corrupción del despacho del pontífice y los filtró a los medios de comunicación.
Francisco cumple con la tradición de sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, de que un papa no italiano nombra a un italiano como secretario de Estado, y ha apostado por un diplomático con experiencia, pero que también conoce perfectamente cómo funciona la Curia Romana, pues de 2002 a 2009 fue subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado.
Aunque el nombramiento fue ayer, Bertone seguirá en su cargo hasta el próximo 15 de octubre, cuando se producirá el cambio de consignas.
También aún está por definir cuál será el papel del nuevo Secretario de Estado, ya que podrían cambiar sus poderes debido a la reforma de la Curia que está acometiendo Francisco tras las peticiones de los cardenales antes de la celebración del Cónclave.
Las fuentes eclesiásticas consultadas por DyN precisaron que el cambio de funcionarios es la primera etapa de la reforma ‘en marcha‘. Algunos, inclusive hablan de ‘limpiar‘ la Curia de cardenales ‘no servidores‘ sino constructores de poder e intrigas. La segunda fase vendrá después y estará orientada a reestructurar la ‘maquinaria curial vaticana‘. El objetivo, precisaron, ‘reducirla, redimensionarla y hacerla más eficaz y, sobre todo, al servicio del Papa, no de sí misma‘. Para hacerlo, Francisco conformó un equipo de ocho cardenales asesores, encabezado por el cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, que deberá aconsejarlo ‘en el gobierno de la Iglesia universal‘.