Phillip Garrido, el hombre que mantuvo secuestrada durante 18 años a la joven Jaycee Lee Dugard, a quien violó reiteradamente y con quien tuvo dos nenas, "podría estar implicado en (los asesinatos de unas) prostitutas" ocurridos en los años 90, dijo el padre del delincuente.

Manuel Garrido, de 88 años, padre de Phillip no descarta que su hijo sea capaz de matar, según admitió ayer en una entrevista con la prensa norteamericana.

"Mi hijo ha hecho algo muy enfermo, y es correcto analizar todas las otras cosas terribles que pasaron en la misma época", dijo al diario The Sun, según consignó la agencia de noticias DPA.

Añadió que probablemente la policía no tenga éxito porque "él es muy hábil; si tenía que librarse de un cadáver, lo hubiese tirado a un río".

Además del caso de Jaycee, secuestrada cuando la pequeña apenas tenía 11, y de Katie Hall, secuestrada y violada durante horas, la policía investiga a Phillip Garrido, de 58 años, por los asesinatos no resueltos de una serie de prostitutas en los años 90, ocurridos cerca del lugar donde trabajaba el delincuente.

Según el diario, los agentes reabrieron los casos de diez mujeres y tres niñas que desaparecieron tras la liberación de Garrido de la cárcel.

Garrido había sido detenido en momentos en que secuestró a Hall en 1976, a quien violó durante horas. En esa oportunidad y por casualidad, un policía descubrió el escondite de Garrido en un depósito, liberó a la víctima y detuvo al agresor. Garrido fue condenado a 50 años de cárcel, pero puesto en libertad condicional tras cumplir 11 años de prisión.

En 1991, pocos años después de su liberación, secuestró en el estado de California a Jaycee, la niña a la que mantuvo oculta durante 18 años en un jardín detrás de su casa en Antioch, en ese estado norteamericano, donde abusó de ella, según la acusación de la fiscalía contra este hombre de 58 años y su esposa Nancy Garrido.

El matrimonio fue detenido la semana pasada, en tanto Jaycee y sus dos hijas de 11 y 15 años, nacidas mientras estaba en cautiverio en Estados Unidos, se reencontraron con su familia y permanecen en un lugar desconocido, asistidas por médicos y psicólogos.