Buenos Aires, 17 de enero.- Una mujer que trabajaba en la organización de la misa del papa francisco en Tacloban murió al caer una torre de parlantes cuya estructura cedió ante los fuertes vientos que azotaron la región durante la visita del Sumo Pontífice, quien debió abandonar la ciudad antes de los previsto rumbo a Manila, capital de Filipinas.

La víctima es una joven de 21 años que recibió el impacto de la estructura en el pecho, explicó el padre Amadeo Alvero, vocero de la Arquidiócesis de Palo.

Ademàs, el avión que trasladaba a parte del gabinete del presidente Benigno Aquino y su seguridad terminó despistado en el aeropuerto. No hubo heridos, pero el aparato sufrió serios destrozos y el incidente deja en claro la fuerza del tifón y el peligro al que estuvieron expuestos los miles de fieles y la comitiva que encabezó Francisco, en una de las regiones más afectadas históricamente por estos fenómenos.

El papa celebró una misa con gran recogimiento este sábado en la región del centro de Filipinas devastada por el supertifón Haiyan, orando por las víctimas y los miles de damnificados que sobrevivieron, más de un año después de la catástrofe, pero a causa de una tormenta adelantó su regreso a Manila.

El Sumo Pontífice, llegado al aeropuerto de Tacloban poco antes de las 9:00 locales 1:00 GMT, partió nuevamente hacia la capital sobre las 13:00 tras encontrarse brevemente con algunos sobrevivientes, constataron periodistas de la AFP.Francisco ofició la ceremonia en el aeropuerto de Tacloban ante una numerosa muchedumbre que fue a recibirlo, a pesar del viento y la lluvia debidos a la aproximación de una tormenta tropical.

Los peregrinos, entre los cuales los organizadores distribuyeron cobertores de plástico de color amarillo, aclamaron al Sumo Pontífice quien también vestía sobre su sotana blanca un impermeable transparente.

Llegado el jueves a Filipinas, Francisco, con una amplia y apretada agenda, a continuación debía almorzar con 30 sobrevivientes y tenía previsto visitar una iglesia, pero las precipitaciones pluviales y el viento, que aumentaron al cabo de las horas, lo obligaron a regresar a la capital filipina.

Y, cuando vi desde Roma esta catástrofe, sentí que tenía que estar aquí y enseguida decidí hacer el viaje (…) Quise venir para estar con ustedes. Un poco tarde, me dirán, pero estoy. Esto, para decirles que Jesús es el Señor y que Jesús no defrauda", aseveró en un discurso en español cargado de emoción.

Situada en la isla de Leyte, a 650 km de Manila, Tacloban fue el epicentro del tifón, que provocó los vientos más violentos hasta ahora registrados en el mundo.

Conocido en Filipinas como Yolanda, en 2013 Haiyan provocó 7.350 muertos y desaparecidos, así como enormes daños en las infraestructuras en una de las regiones más pobres del país.

Unos 14 millones de personas, o sea, alrededor del 15% de la población nacional, viven en la zona arrasada, dedicada a la agricultura y la pesca. Millones de ellos no cuentan con un techo ni medios de subsistencia, y están expuestos a enormes peligros en caso de producirse otra gran tormenta.