Esa organización con sede en Texas, propietaria de la marca Wi-Fi y encargada de certificar que los aparatos electrónicos cumplen los estándares de esa tecnología, se ha aliado con uno socio similar japonés, Wireless Gigabit Alliance (WiGig Alliance) para difundir las especificaciones de ese nuevo formato.

Con ellas todo el sector podrá trabajar sobre los mismos estándares, lo que permitirá que las aplicaciones y dispositivos que se desarrollen con esa tecnología, que ocupará la banda de 60 gigahercios, sean compatibles entre sí.

Con una conexión Wi-Fi de tan amplio ancho de banda, de 60 gigahercios frente a los 2,4 y 5 gigahercios sobre los que opera el Wi-Fi convencional, se podrán realizar tareas ahora imposibles o excesivamente lentas.

Uno de los ejemplos que se podrán ver en el mercado será la transmisión inalámbrica de una película en alta definición desde un reproductor o un ordenador personal a la televisión, sin necesidad del cable HDMI que se suele utilizar ahora.

Sobre una banda de 60 gigahercios la velocidad de transmisión inalámbrica de datos podrá medirse en gigabytes por segundo, mientras que con el actual estándar de Wi-Fi esos intercambios se miden por tan sólo decenas de megabytes por segundo, explicaron los responsables de ambas agrupaciones.

La generalización de este estándar, que requerirá al menos dos años, podría ser realmente el comienzo de las redes informáticas sin cables en el hogar.